jueves, 17 de diciembre de 2009

China y los Derechos Humanos

Los Derechos Humanos son esos valores que el ser humano tiene por el único hecho de ser persona y que le han pertenecido desde siempre. El próximo día 10 se conmemora el 61 aniversario de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), con cuarenta y ocho votos a favor.
Es oportuno aprovechar este aniversario, para hablar de cómo enfocan los chinos el tema de los Derechos Humanos. China es uno de los países del mundo señalado como violador de los Derechos Humanos, sobre todo por organismos internacionales dedicados a este tema, entre ellos, quizás el más importante, Amnistía Internacional. Pero creo, como señalamos con el tema del Tíbet, que es sensato, antes de hacernos una opinión, conocer la posición de China.
Podríamos decir que lo que piensa China con respecto a los Derechos Humanos se sintetiza en la siguiente expresión: “El yo es enemigo del nosotros”. Antepone los derechos colectivos a los derechos individuales, el gran temor de China siempre ha sido el caos. Nada que atente contra el orden, la armonía y la paz colectiva es aceptable ni tolerable.
La postura de China es que la gran mayoría debe poder disfrutar de los Derechos Humanos y se opone a la idea de que sólo una minoría pueda disfrutarlos. Esa filosofía no se ha quedado ahí, se ha traducido en leyes fundamentales. La Constitución china de 1982 en la última enmienda de 2004, le dedica el capítulo 2 a los Derechos y deberes fundamentales de los ciudadanos. Se destaca que todos los ciudadanos son iguales ante la ley; que tienen derecho a elegir y ser elegidos; que tienen libertad de palabra, prensa, reunión, asociación, de manifestaciones y religiosa; que la libertad personal es inviolable y se garantiza inviolabilidad de domicilio; tienen derecho a formular críticas a todo organismo del Estado y a sus funcionarios; derecho al trabajo con igualdad, descanso, vacaciones y derecho a la educación. Además de esas disposiciones constitucionales, que garantizan derechos de primera y segunda generación, también China ha jugado un papel importante en la comunidad internacional con respecto a este tema. Miembro fundador, signatario, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y ha ratificado varios acuerdos internacionales sobre Derechos Humanos.
Lo más importante en este año es que presentó en abril pasado el Plan Estatal de Acción sobre Derechos Humanos 2009-2010.
Todos los países del mundo, desde el más civilizado, pacífico y organizado, hasta el más violento y desorganizado, han asumido en su momento, lo que Max Weber llamó el “monopolio legítimo del uso de la fuerza” para evitar el caos, el desorden y en el mayor de los casos la desintegración del Estado. Habría que preguntarse, ¿dónde termina el derecho individual y comienza el colectivo? Cuando poseamos esta respuesta estaremos avanzando, no sólo para juzgar a China, sino a todas las naciones del planeta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El hecho de que China sea considerado el país que más viola los derechos humanos por organizaciones como Amnistía Internacional o la misma Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas no es algo gratuito ni arbitrario. Como tampoco lo son los millones de víctimas de la represión del régimen chino. El PCCh podrá firmar todos los acuerdos de derechos humanos que quiera, y podrá sacar todas las leyes que quiera. Pero la realidad es que en China se sigue torturando y matando a personas por el mero hecho de querer ejercer su libertad de creencia o de expresión.

Justificar de cualquier manera las violaciones de derechos humanos, ya sea en China, en EE.UU, o en España, por el bien de la colectividad, del pueblo, frente al bien individual, es una falta de respeto a la vida, ya sea de un ser humano o de millones de seres humanos que poblamos este planeta.

Y esto solo se puede hacer desde la ignorancia o la indiferencia hacia las víctimas. Muchas pasan por España para seguir testificando ante los jueces españoles por el genocidio contra el pueblo tibetano, o contra los practicantes de Falun Gong. Hay que tener mucho valor para defender la postura de derechos humanos del régimen chino mirando a los ojos a una de estas personas.

La verdad está ahí para quien quiera verla, y justificar violaciones de derechos humanos por ideología política o económica, es en sí mismo una falta de respeto para el ser humano, como colectivo que habita este planeta, incluyendo a esos "seres humanos" que torturan sin piedad o que ordenan disparar contra su población.

wso