sábado, 27 de marzo de 2010

Una China: 18 años después del “consenso de 1992”

Lo que comenzó en noviembre de 1989 con la caída del Muro de Berlín y la reunificación de Alemania y culminó con el desmembramiento de la Unión Soviética en agosto de 1991, trajo consigo un nuevo orden mundial.

La República Popular China (RPCh) se estaba reencontrando con la comunidad internacional, después de una etapa de aislamiento como consecuencia de los disturbios en la Plaza Tiananmen en junio de 1989. Taiwán estaba dando los primeros pasos hacia la democracia electoral a la que se refiere Josep Schumpeter, preparándose para organizar sus primeras elecciones presidenciales populares que se produjeron en el 1996.

En ese contexto, tanto la RPCh como Taiwán entendieron pertinente asumir el diálogo con respecto a las posiciones que se sustentaban a uno y otro lado del Estrecho. En marzo de 1992, la Asociación de las Relaciones a Través del Estrecho de Taiwán (ARE), de la RPCh, presidida por Wang Daohan, y la Fundación de Intercambios del Estrecho (FIE), de Taiwán, presidida por Koo Chen-fu, realizaron el primer encuentro de trabajo.

Después de un largo proceso de discusiones, en noviembre de 1992, Wang y Koo llegaron a un consenso verbal sobre la base de que "ambos lados del Estrecho de Taiwán se adhieren al principio de una China y hacen esfuerzos por la reunificación de la patria".

A ese acuerdo se le ha llamado “consenso de 1992”, que en pocas palabras significa que para los chinos del continente, como para los chinos de la isla, sólo hay una China, esa China única e inconfundible, pero que cada lado la interpreta a su manera.

Para Taiwán esa China es abstracta, es historia, geografía y sobre todo cultura, pero la China política la vislumbra como una meta, que todavía no es realidad. Para la RPCh, esa China política es ya una realidad, asentada en un inmenso territorio que incluye a Taiwán.

Aunque fue un acuerdo verbal, ese “consenso de 1992” ha servido de base para negociaciones de acercamiento a partir de ahí. Quizás no se ha avanzado más porque el primer presidente electo democráticamente en Taiwán, Lee Teng-hui no reconoció la existencia de dicho consenso y peor aún, el presidente que lo sucedió en mayo del año 2000, Chen Shui-bian, lo reemplazó por su propia interpretación del consenso con la que justificaba su afán independentista.

Es el presidente Ma Ying-jeou quien retoma dicho consenso diciendo en su discurso de toma de posesión, “deseo reiterar que, en base al “consenso de 1992”, debemos reanudar las negociaciones a la mayor brevedad posible”.

En efecto, se reanudaron y cuando el mundo estaba observando con alegría el acercamiento, algunas nubes negras han traído consigo la oscuridad del desconcierto donde parecía que reinaba la luz de la esperanza.

18 años después de ese consenso verbal al que llegaron Wang y Koo, dos chinos, que simbolizan el amor a la patria china y anhelan la unidad de su pueblo, apostamos a que más temprano que tarde podamos hablar de que en efecto existe “una China” sin necesidad de interpretaciones.

domingo, 21 de marzo de 2010

China: ¿desarrollo sin agua?

El más importante y necesario recurso del planeta no es el oro negro, sino el oro azul. Si bien los combustibles fósiles y sobre todo el petróleo han determinado el estilo de vida del hombre desde hace dos siglos, el agua ha sido siempre y seguirá siendo vital. Se puede vivir sin petróleo, sin agua es imposible.

Sin desdeñar la importancia del petróleo como fuente de energía que mantiene el planeta en movimiento, debemos prestar mayor atención al agua, que es vida, no sólo porque calma la sed, sino porque también de ella dependen la agricultura y la industria.

Aunque en apariencia existe mucha agua en el planeta, la verdad es que no, ya tenemos una crisis global del mal llamado “bien libre”. China, como país más poblado, con un inmenso territorio, no escapa a esta realidad. Con casi el 20% de la población mundial, tiene sólo el 7% de los recursos hídricos globales, sobre todo en sus dos grandes ríos, el Yangtsé al sur y el Amarillo al norte. Su volumen de agua disponible per cápita no llega al 25% de la media mundial.

Ser la fábrica del mundo sin agua es una tarea insostenible, gran parte de los productos que se exponen al mercado mundial dependen del agua para su fabricación. China se enfrentaa un dilema, poner reglas a los contaminadores, más de 2500 empresas, entre ellas varias multinacionales de “prestigio”, o permitir que se le deteriore el medio ambiente y quedarse sin agua. En cualquiera de los casos sale perjudicada.

De acuerdo con Ma Jun, autor del libro “La crisis del agua en China”, salvar los ríos y lagos que se están secando o están altamente contaminados, es el mayor desafío político para los dirigentes chinos en las próximas décadas. ¿Qué está haciendo el gobierno de China para enfrentar esta situación? ¿Qué medidas se han anunciado y con qué seriedad se está enfrentado el problema? De las respuestas a estas preguntas depende el futuro de China: seguir creciendo, estancarse o morir. Al precio de la destrucción del medio ambiente, ningún crecimiento o desarrollo es real y sustentable.

Este 22 de marzo celebramos el Día Mundial del Agua, es un buen momentos para que reflexionemos en el sentido de que tanto China como los demás países del planeta, entre ellos República Dominicana, tienen que ir asumiendo el tema del agua con mayor responsabilidad, porque de lo contrario llegará el momento en que las guerras serán por el recurso vital, y sus batallas tendrán como escenario no sólo a África en donde se lucha por los “diamantes sangrientos”, o al Medio Oriente cuyo principal objetivo es el petróleo, sino a un planeta sediento.

Evitemos hoy las guerras del futuro, unámonos como sociedad global para enfrentar ese problema. El compromiso de China, por lo que significa para ella y por su filosofía de paz, debe ser mayor.

Publicado en el Listín Diario el sábado 20 de marzo de 2010, ver en: http://www.listindiario.com.do/app/article.aspx?id=135542



domingo, 14 de marzo de 2010

La Asamblea Popular Nacional (APN) de China

La Asamblea Popular Nacional (APN), es el más importante órgano de poder en China. Está compuesto de 3000 miembros, a razón de uno por cada 434 mil habitantes aproximadamente. Aquí con los 190 diputados y 32 senadores que establece nuestra Constitución, tendremos un legislador por cada 45 mil habitantes, proporcionalmente casi diez veces más que allá, pero ese no es el tema.

Los miembros de la APN son elegidos cada 5 años, representan a las 23 provincias, las 5 regiones y los 4 municipios autónomos. Se reúne sólo una vez al año, en marzo, pero su Comité Permanente, se reúne todo el año. De acuerdo al artículo 57 de la Constitución china, sus atribuciones son: aprobar leyes y tratados, nombrar a los miembros del ejecutivo entre ellos al Presidente y Vicepresidente de la República y al Primer Ministro, nombrar al presidente de la Corte y al Fiscal General, aprobar la Constitución y sus modificaciones.

En estos momentos, se está produciendo la tercera sesión de la que es la XI Asamblea Popular Nacional, desde que se proclamó la República Popular China (RPCh) hace 60 años.

Entre otros temas de vital importancia para el país como deliberar una enmienda del proyecto de Ley Electoral, escuchar el informe de labor del Comité Permanente de la APN, escuchar el informe de labor del Tribunal Popular Supremo (TPS) presentado por su Presidente, escuchar el informe de labor de la Fiscalía Popular Suprema (FPS) presentado por el Fiscal General, ya se produjo el más importante de todos, el informe de labor del Gobierno presentado por el Primer Ministro, Wen Jiabao, las memorias del Jefe de Gobierno, que en su versión dominicana es la rendición de cuentas que hace el Presidente los 27 de Febrero ante la Asamblea Nacional.

Pese a la crisis global, de acuerdo al informe de Wen, a China no le fue mal el pasado año. El producto interno bruto (PIB) aumentó un 8,7 con respecto al año anterior, los ingresos fiscales tuvieron un alza del 11,7 por ciento, la producción de cereales aumentó por sexto año consecutivo, se generaron más de 11 millones de empleos, el volumen de importaciones y exportaciones totalizó 2,2 billones de dólares, por sólo mencionar algunas estadísticas.

Los planes presentados para este años son igual positivos, destacándose el anuncio de grandes inversiones para el desarrollo del Tíbet y Xinjiang, por lo que significan estas minorías con pretensiones independentistas.

Este es sin quizás, el más importante acontecimiento de la política interna y el Gobierno de China cada año. El que desee conocer cómo va el Gobierno, hacia donde se encamina el país, cuáles serán las principales políticas públicas del año, tiene que conocer los informes que se dan a conocer en la APN. Le invito a darle seguimiento, por la importancia de ese país en el mundo de hoy, sus decisiones influyen en todo el planeta.

Publicado en el Listín Diario el sábado 13 de marzo de 2010, ver en: http://www.listindiario.com.do/app/article.aspx?id=134713

jueves, 11 de marzo de 2010

Mujeres de influencia en China

A propósito del Día Internacional de la Mujer es bueno saber que en China, a través de toda su historia, el poder político, la conducción de la sociedad ha sido ocupado por hombres, sin embargo dos mujeres se le escaparon a las costumbres y pasaron de concubinas a emperatrices.

Wu Zetian, ocupó la más alta posición del poder político en China entre los años 690 y 705, fue la única mujer en la historia de China que ocupó el trono imperial, como soberana, como Jefa de Estado, como emperadora. Fue pionera en la lucha por los derechos de la mujer, quizás por su propio interés, pero lo hizo. Dio carácter oficial al budismo en China porque favorecía su permanencia en el poder, contrario al confucianismo que entendía a la mujer como un ser que debía sumisión al hombre y que por tanto jamás podía gobernarlo, ni siquiera en el hogar, menos desde el Estado.

La otra mujer que gobernó como regente, aunque con todo el poder bajo su voluntad, fue la que es conocida como la última emperatriz de China, Yehonala, en la postrimería de la Dinastía Qing, desde 1881 hasta su muerte en 1908. Esta nunca se proclamó Jefa de Estado, ni tampoco pretendió establecer una dinastía propia, como Wu.

Jiang Qing, esposa de Mao, fue otra mujer de gran influencia, nunca como las anteriores, pero quizás fue la última mujer en China que tuvo tanta influencia en el Partido y en el Gobierno.


Mujeres chinas se han destacado en el arte, la literatura, la música y el cine, pero con respecto al hombre, muy desigual. Es justo reconocer que desde la proclamación de la República Popular China (RPCh) y las políticas de Mao Zedong se ha avanzado mucho hacia el respeto de los derechos de la mujer y la equidad de género.

La Constitución de la República Popular China (RPCh) estipula que las mujeres tienen los mismos derechos políticos que los hombres, el mismo derecho a elegir y ser elegidas, a participar en la administración de los asuntos del Estado, a asumir cargos públicos.

Aunque en ninguna institución del Estado existe la equidad total pero en todas desde la Asamblea Popular Nacional de China y su Comité Permanente, hasta la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCHh), hay mujeres ocupando funciones importantes.

Beijing fue la sede de la IV Conferencia Internacional sobre la Mujer en septiembre de 1995, no por casualidad, es que las autoridades chinas, desde que se proclamó la RPCh, se propusieron que la mujer jamás volviera a ser vendada en sus pies, para que pudiera correr en una sociedad que procura la igualdad de todas y todos.

Publicado en el Listín Diario el sábado 6 de marzo de 2010, ver en: http://www.listindiario.com.do/app/article.aspx?id=133888