sábado, 18 de diciembre de 2010

Relaciones Asia Occidental-RD

Asia es el continente más extenso y poblado del planeta. Sus 44.6 millones de kilómetros cuadrados son casi el 9% de la superficie terrestre y el 30% de las tierras emergidas. Sus más 4000 millones de habitantes son casi el 60% de la población mundial.

De acuerdo a la ONU, Asia se divide en las siguientes subregiones: Asia Septentrional, compuesta exclusivamente por la llamada Rusia asiática; Asia Central, compuesta por Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán; Asia Occidental, que se compone de, Arabia Saudita, Armenia, Azerbaiyán, Bahréin, Chipre, Emiratos Árabes Unidos, Georgia, Iraq, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Palestina, Qatar, Siria, Turquía y Yemen; Asia del Sur, liderado por la India, pero además, Afganistán, Bangladesh, Bután, Irán, Maldivas, Nepal, Pakistán y Sri Lanka; Asia Oriental, liderada por China, pero con otros países de importancia global como Japón Corea del Sur y Corea del Norte, por Mongolia y Taiwán que aunque no reconocido por la ONU como Estado soberano, está en esta subregión; y finalmente el Sureste Asiático, donde se destaca la península de Indochina, con Vietnam, Laos y Camboya, pero que además posee a Birmania, Brunéi, Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur, Tailandia y Timor del Este.

La semana pasada escribimos acerca de las relaciones Asia-RD, pero como habrán notado ustedes, lectores inteligentes y conocedores de la geografía global, sólo hablamos de algunas de las subregiones en que Asia ha sido dividida de acuerdo a la ONU. Nos referimos a Asia Oriental cuando señalamos que tenemos y hemos tenido relaciones diplomáticas por mucho tiempo con Japón, Taiwán y Corea del Sur, y que además firmamos con Mongolia y Corea del Norte; nos referimos a Asia del Sur, cuando señalamos que tenemos relaciones diplomáticas con India, que firmamos con Maldiva y Nepal, y que están pendientes de firma, Bangladesh, Sri Lanka, Pakistán y Afganistán; nos referimos a Asia Central cuando subrayamos que firmamos con Uzbekistán, Turkmenistán y Tayikistán, y que está pendiente firmar con Kazajistán y Kirguizistán; nos referimos al Sureste Asiático cuando destacamos que tenemos relaciones, aunque no con embajadas permanentes, sino concurrentes en Vietnam, Tailandia, Filipinas, Malasia y Singapur, que además hemos firmado con Timor del Este, Laos y Camboya, y está pendiente de firma con Indonesia.

Una subregión que mencionamos de soslayo, cuando nos referimos a la firma con Azerbaiyán, pero para la cual tenemos una atención especial es Asia Occidental, mejor conocida desde la óptica eurocentrista como Oriente Próximo o Medio Oriente. En esta subregión, que como vimos es también Asia, la República Dominicana tiene relaciones diplomáticas con Israel, donde hemos tenido embajadores del nivel del Dr. Manuel Morales Lama y tenemos actualmente al destacado joven diplomático Alexander De La Rosa, concurrente en Turquía; con Qatar, donde tenemos como embajador a Hugo Guilliani Cury, quien es concurrente en el Líbano; con los Emiratos Árabes Unidos, donde tenemos como embajadora a Clara Martínez Thedy.

De manera que la República Dominicana tiene presencia en Asia, faltan muchas embajadas permanentes, faltan otras firmas, pero sobre todo, falta que comiencen a dar resultados y beneficios para todas y todos. Una embajada no puede ser un gasto para el país, sino una inversión.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Relaciones Asia-RD

El presidente Leonel Fernández, es sin lugar a dudas un internacionalista, un conocedor de la realidad internacional, de la importancia que tiene para las naciones, los países, los Estados establecer relaciones, diplomáticas, consulares, comerciales, culturales, científicas y técnicas entre ellos. Por esa razón el país se creó grandes expectativas, se esperaba la redefinición de nuestra política exterior y la apertura de nuevas embajadas, entre otras iniciativas tendentes a ubicarnos en un lugar de preferencia en la comunidad internacional, cuando él ascendió al poder en 1996.
Después de 10 años de gestión nuestra política exterior sigue siendo difusa y hasta incoherente a veces, no obstante es justo reconocer, que con respecto a lo que encontró, hemos avanzado, sobre todo en la cantidad de embajadas y participación en organismos internacionales. Uno de los logros de su política exterior ha sido el acercamiento a Asia. Cuando asumió en agosto de 1996, República Dominicana tenía relaciones diplomáticas, con Corea del Sur, Taiwán y Japón, aunque las embajadas eran inoperantes, entiéndase no estaban dando resultados.
En el período 1996-2000 no hubo grandes avances, no obstante, reconocer que las relaciones con India se firmaron en esa época. En el período de Hipólito Mejía tampoco hubo avances notables. Es a partir del 2004, cuando vuelve el presidente Fernández, que se comienza a redescubrir Asia, se produce una nueva etapa en las relaciones con el mayor continente del planeta. Con la voluntad del Ministro de Relaciones Exteriores Carlos Morales Troncoso, pero sobre todo con el trabajo operativo de Miguel Mejía, Secretario de Estado sin Cartera, aunque con importantes funciones que coordina desde su oficina en el Palacio Nacional, y Eddy Martínez, Secretario de Estado, Director Ejecutivo del Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (CEI-RD).
Gracias a sus diligentes esfuerzos formalizamos nuestras relaciones con India, desde el 19 de junio del año 2006, cuando presentó credenciales nuestro embajador Hans Dannenberg Castellanos.
Se establecieron y/o restablecieron relaciones diplomáticas con Vietnam, Tailandia, Filipinas, Malasia, donde Dannenberg Castellanos es concurrente y con Singapur que cuenta con la concurrencia de nuestro embajador en Japón Pedro Vergés.
También hemos firmado con Corea del Norte, Timor del Este, Mongolia, Laos, Camboya, Brunei, Maldiva, Nepal, Uzbekistán, Turkmenistán, Tayikistán y Azerbaiyán. Y están pendientes de firma, Indonesia, Myanmar, Sri Lanka, Pakistán, Afganistán, Kazajstán, Kyrgyzstan y Bangladesh. Además del establecimiento de las nuevas embajadas, se han fortalecido las ya existentes. El mejor ejemplo es el de nuestro embajador en Corea del Sur, Héctor Galván, que en 6 años de gestión, ha realizado una excelente y fructífera labor, destacándose la firma de más de 27 acuerdos bilaterales, tomando en cuenta que desde 1962 cuando comenzaron nuestras relaciones, hasta 2004 cuando él asume, sólo se habían firmado cinco.
Hemos avanzado, pero creo que por la importancia de Asia en el mundo de hoy, por el protagonismo de esta región en el nuevo orden mundial que está surgiendo, debemos otorgarle un lugar más protagónico en nuestra política exterior. Por ejemplo ya Vietnam merece tener una embajada permanente.
Adelante, sigamos descubriendo Asia. Publicado en el Listín Diario, ver: http://www.listindiario.com.do/las-mundiales/2010/12/11/169853/Relaciones-Asia-RD

lunes, 6 de diciembre de 2010

Corea: de la división a la unificación

Aunque todos o casi todos se están enfocando en la crisis, en la posible guerra, en la conflagración y profundización de la separación de un pueblo, divido por las ideologías y los intereses, se me antoja seguir con el sombrero amarillo puesto y pensar que ante la oscuridad de la noche, está cerca el amanecer.
Después de una larga dinastía basada en la filosofía confuciana, la Joseon, establecida en el 1392, la península de Corea es ocupada por Japón en el 1910. En agosto de 1945, los coreanos celebraron el final de la Segunda Guerra Mundial de una manera especial, ¡por fin seremos libres, llegó la hora de gobernarnos nosotros mismos!, exclamaron algunos, desconociendo que ya los “ganadores de la guerra” habían decidido por ellos cual sería su destino.
Se dividió la península por el paralelo 38 latitud norte, en dos zonas de influencia, una soviética al norte y otra estadounidense al sur. Producto de la Guerra Fría y del enfrentamiento entre dos grandes ideologías, esa división que se planteó transitoria, se formaliza en el 1948, cuando se establecen, la República Popular Democrática de Corea, al norte, mejor conocida como Corea del Norte, y la República de Corea, al sur, conocida como Corea del Sur.
Tras el intento de unificar su pueblo, pero con su forma de gobierno y bajo influencia soviética, por parte del líder norcoreano Kim Il Sung, el 25 de junio de 1950, se inicia la llamada Guerra de Corea, que termina el 27 de julio de 1953, cuando se firma un armisticio donde se establece el cese de las hostilidades. Desde ese momento, doblemente destruido y divido, el pueblo coreano, a uno y otro lado del paralelo 38, ha tenido sus crisis, pero también y sobre todo, ha trabajado en el sentido de que las relaciones intercoreanas sean cordiales, beneficiosas para ambos y tendentes a la unificación alguna vez.
La cronología de los acontecimientos más importantes en ese sentido comienza en el 1972, cuando el 4 de julio se produce la “Declaración Conjunta Sur-Norte”, y en septiembre de ese mismo año se crea el primer “Comité de Coordinación Sur- Norte”. En el 1985 se produce un acontecimiento de inenarrable emotividad, “la primera reunión de familias coreanas separadas”.
El el año 2000, se produce la “Primera Cumbre Intercoreana” y en el 2007, la “Segunda”. En cada caso los presidentes de ambos países se confundieron en un abrazo que presagiaba la unidad o por lo menos alejaba las posibilidades de conflictos entre ellos.
Me quiero inclinar por ahí, creer que ese pueblo hermano se encamina a la unidad, y en el peor de los casos, a adoptar con sus propias características, la idea de China, de “un país, dos sistemas”.
Con el permiso de EEUU, un país del cual no oculto admiración, por los logros alcanzados en su corta historia y los grandes aportes técnicos y científicos a la humanidad, creo que la paranoia, la acusación a Corea del Norte y la ubicación en un “eje del mal”, es lo que está impidiendo la realización del sueño coreano. ¿Guerra? No creo, el equilibrio de poder y la seguridad de que con ella nadie gana, la impedirá.

Atención a la península de Corea

La República Dominicana dormía, quizás algunos pocos no, pero la gran mayoría, entre ellos los que tenemos el hábito de comenzar el día en sus primeras cuatro horas, estábamos en brazos de Morfeo cuando se produjo el ataque. Eran las 2:34pm, lo que significa 1:34am para nosotros porque tenemos 13 horas de diferencia, cuando la República Popular Democrática de Corea (RPDC) lanzó proyectiles que impactaron Yeonpyeong, una pequeña isla ubicada en el Mar Amarillo, 80 kilómetros al oeste de las costas de Corea del Sur y 12 kilómetros al sur de las costas de Corea del Norte. Tras el ataque murieron dos soldados y dos civiles, varios resultaron heridos. Inmediatamente la noticia recorrió el mundo, tanto así que a las 9 de la mañana de ese martes 23 de noviembre aquí en nuestro país, 7 horas y media después del hecho, el periodista Freddy Aguasvivas me exhortó darle seguimiento al caso. Pero, ¿por qué algo que se está produciendo a más de 13000 kilómetros de distancia nos debe llamar la atención? Porque como dijera Marshall McLuhan en su libro “La comprensión de los medios” publicado en el 1964, el mundo es una aldea donde todo lo que sucede en cualquier lugar de ella afecta a cada uno de sus miembros. Bien lo comprendió la viceministra de Relaciones Exteriores de la República Dominicana, Alejandra Liriano, que en su calidad de directora del Consejo Dominicano de Relaciones Internacionales de FUNGLODE convocó de urgencia a un conversatorio sobre el tema con nuestro embajador en Corea del Sur, Héctor Galván. Es que quizás un enfrentamiento entre las dos coreas, significa revivir la llamada “Guerra de Corea” que se produjo entre 1950 y 1953, que es lo mismo que enfrentar a EEUU y China, que dicho sea de paso, ocupan primero y segundo lugar respectivamente en gastos para la defensa. Pero además, enfrentar el águila y el dragón significa, desviar la atención hacia otros asuntos del primer y segundo PIB del planeta, de los dos principales motores de la economía mundial hoy. Es solo especulación y alarma, exclamarán algunos, no obstante no se puede desdeñar este enfoque, preferible es precaver que lamentar. ¿Por qué el ataque a esta pequeña isla y por qué en estos momentos? Esta isla está más cerca de Corea del Norte que de Corea del Sur, además de la riqueza pesquera de sus aguas, por lo que se ha convertido en uno de los mayores puntos de tensión entre los gobiernos de ambos estados. El presidente Obama ha definido a Pyongyang como “una amenaza que necesita ser tratada” y no contento con esta referencia, ha aprobado la realización de maniobras militares conjuntas con Corea del Sur en la zona. Principio de acción y reacción, tercera ley de Newton, que bien podríamos tomar prestado de la física para explicar algunos fenómenos sociales. Por el momento la reacción de China ha sido sensata, llama a la calma y a la moderación, se opone a cualquier actividad que menoscabe la paz y estabilidad en la región. Esperamos que el “Tercero Ausente” diga presente, y juegue su papel de equilibrio y de “Parlamento de la humanidad”, como le llamó Paul Kennedy, para que sea allí donde se discuta el asunto.

China y Japón

Hace apenas unos días el presidente Leonel Fernández recibió las cartas credenciales del nuevo embajador de Japón en la República Dominicana. Soichi Sato, es graduado en la Universidad de Tokio, diplomático de carrera, con una amplia experiencia. Estamos seguros realizará una excelente labor que permitirá seguir fortaleciendo las relaciones entre los dominicanos y los nipones. A propósito de este importante acontecimiento para el país, creemos oportuno hablar de un tema de importancia global. China y Japón son dos países asiáticos, del lejano oriente. Representan dos ricas culturas milenarias, una más antigua que la otra. China primero en población, Japón décimo; China segunda economía del mundo, Japón tercera; China primer productor de vehículos de motor, Japón segundo. Japón comenzó su ascenso y modernización al estilo occidental con la llamada Restauración Meiji en el 1868, lo que paradójicamente se afianzó al salir derrotado de la Segunda Guerra Mundial a partir de 1945; China, comenzó un poco más tarde y aunque ya para mediados del siglo XIX en la postrimería de la Dinastía Qing, Shanghai era una ciudad occidentalizada, su verdadero despegue económico, que significó desarrollo para el pueblo chino, se produce a partir de 1978 con Deng Xiaoping. Los dos forman parte de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), del G-20 y de Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que dicho sea de paso, se reunieron recientemente en Hanoi, Vietnam, Seúl, Corea del Sur y Yokohama, Japón, respectivamente. Dos pueblos con altos niveles de intercambios e influencias culturales, tanto así que el budismo Chan que da origen al Zen japonés, llega a Japón desde China en la época de la dinastía Tang a mediados del siglo VIII, por diversas razones se enfrentan en varias guerras que los mantiene separados y sin relaciones cordiales por muchos años. El 29 de septiembre de 1972, en Beijing, el Primer Ministro Zhou Enlai por China y el Primer Ministro Tanaka Kakuei por Japón, firmaron una declaración conjunta y proclamaron el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países. En todo ese tiempo las relaciones han sido relativamente armoniosas y muy provechosas para ambas partes, tanto en lo económico, como en lo cultural, educativo y científico. No obstante, existen algunos puntos que subyacen tras esta aparente armonía, que constituyen las bases de un conflicto latente. Uno de ellos, quizás el más importante es el reclamo de posesión, por ambas partes de sobre las Islas Diaoyu para los chinos o Senkaku para los japoneses, ubicadas en el extremo occidental de Japón y al noreste de Taiwán. El pasado 7 de septiembre a sólo 22 días para conmemorarse el 38 aniversario del establecimiento de sus relaciones diplomáticas, un barco pesquero chino chocó con dos barcos de la guardia costera japonesa, situación que recrudeció el conflicto. Hoy, luego de los encuentros entre los líderes de alto nivel, la crisis diplomática se ha superado. China y Japón son y seguirán siendo dos importantes países en el mundo de hoy y en el nuevo orden que habrá de inaugurarse. Sus relaciones armoniosas no sólo serán favorables a sus intereses, sino al interés global.

domingo, 5 de diciembre de 2010

India-RD: relaciones diplomáticas

En estos momentos la India es tema preeminente de la opinión pública global, porque entre otras razones, el presidente de los EEUU, Barack Obama, acaba de realizar una visita oficial a Nueva Delhi, donde anunció que espera en los próximos años un Consejo de Seguridad de la ONU reformado que incluya a la India como miembro permanente. Pero además es un tema de la opinión pública nacional, porque recientemente el presidente Leonel Fernández recibió las cartas credenciales del nuevo embajador de la India en la República Dominicana, Deepak Bhojwani, quien es embajador residente en Cuba y estará aquí como concurrente. El embajador Bhojwani es un brillante diplomático con más de 30 años de carrera, quien de entrada nos invita a reflexionar acerca del desarrollo de la democracia y de la democracia del desarrollo. ¿Qué es la India y cómo se ha relacionado con la República Dominicana? País asiático, mayor democracia electoral del planeta. Se independizó del Reino Unido el 15 de agosto de 1947, luego de la extraordinaria campaña pacifista del Mahatma Gandhi y el trabajo político de Jawarharlal Nehru, lo que significó el inicio de una nueva etapa en su dilatada historia. Como Estado soberano e independiente, como República Federal Parlamentaria, acaba de cumplir apenas 63 años. Es una de las economías de mayor crecimiento en los últimos años, apoyado en la agricultura, la manufactura y los servicios especialmente en el mercado del software. Tiene el tercer PIB en Paridad de Poder Adquisitivo (PPA), más grande del mundo. Es miembro de la ONU, de la OMC, del G-20 y del BRIC, entre otras organizaciones internacionales. Con Bollywood se ha convertido en el mayor productor cinematográfico del mundo. No obstante la importancia que ya tenía India en el mundo a principios de la década de los 90, la República Dominicana era de los países que todavía la ignoraba. Fue el presidente Leonel Fernández, en cumplimiento a lo planteado en su programa de gobierno 1996-2000, quien promueve un “Memorándum de Entendimiento para el Establecimiento de Relaciones Diplomáticas entre la República Dominicana y la India”, firmado por el Canciller dominicano Eduardo Latorre y por el Alto Comisionado de la India en Jamaica, Om Prakash Gupta, el 4 de mayo de 1999. El 31 de mayo de 2001 se produjo otro memorándum de entendimiento con el objetivo de dar seguimiento a la primera intención. En septiembre de 2004 el Ministro de Relaciones Exteriores de La India, Rao Inderit Singh visitó nuestro país, lo que fue reciprocado por nuestro Canciller Carlos Morales Troncoso que en febrero de 2006 visitó la India. Después de este largo proceso, finalmente Hans Dannenberg presenta sus cartas credenciales ante el presidente de la India, Dr. A.P.J. Abdul Kalam, en la segunda mitad del año 2006. Desde ese entonces, nuestro primer y único embajador en la tierra del Taj Mahal, ha realizado una excelente misión, dando fiel cumplimiento a lo establecido en el artículo 3 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961. Adelante, sigamos descubriendo Asia.

El poder político en China: quién es quién

China con sus más de 5 milenios de historia y cultura, con sus casi 10 millones de kilómetros cuadrados de territorio, con sus casi 1400 millones de habitantes, tiene desde 1949 un sistema político que le ha dado excelentes resultados. La República Popular China (RPCh) ha alcanzado logros extraordinarios en los últimos 10 años que la han colocado en la cima de la opinión pública global. Sin lugar a dudas es tiempo de China. Sin menoscabo del papel del ethos chino, de los líderes de la primera generación con Mao a la cabeza, de la segunda con Deng Xiaoping y de la tercera con Jian Zeming esta cuarta generación, ha sido la responsable de la organización de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, la Expo Shanghai 2010, llevar la economía a ser la segunda hoy sólo por detrás de EEUU, primera exportadora, mayor mercado y mayor fabricante de automóviles en el mundo, entre otros tantos logros. ¿Pero quiénes están detrás de esta hazaña? ¿Quién es quién en el poder político de China hoy? Aunque el Comité Permanente del Partido Comunista de China (PCCh) está compuesto de 9 hombres, que son los más poderosos de ese país, son sobre todo 4 los que han liderado estos cambios. Hu Jintao, Presidente de la RPCh y por tanto Jefe de Estado Secretario General del PCCh y Presidente del Comité Militar, encabeza la lista. Miembro del Partido desde su época de estudiante universitario, ocupó importantes funciones antes de llegar al poder máximo, siendo una de las más destacadas, Jefe del Partido en la Región Autónoma de Tíbet. Wu Bangguo, actual Presidente de la X Asamblea Popular Nacional (APN), para que se entienda, del Poder Legislativo o Parlamento en China, más aún, Presidente del Comité Permanente de la APN que es el máximo órgano de poder en China. Su ascenso comenzó en septiembre de 1966 cuando ocupa su primera función en el PCCh. Wen Jiabao, Primer Ministro, o sea, Jefe de Gobierno. Comenzó su carrera política en el 1968 asumiendo funciones técnicas porque es geólogo de profesión. Jia Qinglin, conocido como el máximo asesor político de China porque preside Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CPPCh), que es un órgano de consulta permanente del pueblo chino, un órgano de participación política. Comenzó su carrera en el 1962. Esos son los hombres que han protagonizado el cambio de China. A ese grupo se puede y debe agregar a Xi Jinping, que es el vicepresidente del país y vicepresidente del Comité Militar, lo que lo coloca en la vía que conduce al poder máximo del país. La lista de los 9 la completan Li Changchun, Jefe de Propaganda, Li Keqiang, He Guoqiang y Zhou Yongkang. En el 2012, que será Año del Dragón, habrá cambios, la mayoría de esos 9 se retira por edad o porque han completado su ciclo, se inaugurará la era de Xi Jinping y Li Keqiang, entre otros que daremos a conocer en una próxima entrega.

El asunto China-RD-Taiwán

Pocos han asumido el tema de las relaciones de la República Popular China (RPCh), República Dominicana y Taiwán, con la responsabilidad, la constancia y coherencia con la que nosotros lo hemos hecho, desde esta tribuna, otros medios de comunicación y la academia. Este es el artículo número 8 que dedicamos a tan importante tema, no es coincidencia que es el 8, número de importancia especial para la cultura china, porque lo que procuraremos en el mismo es fijar una clara y definitiva posición al respecto. No es secreto para nadie que me inclino a que nuestras relaciones diplomáticas sean con la RPCh y sería muy irresponsable de mi parte salir ahora ante la opinión pública global con que he cambiado de posición. No obstante, decía Ortega y Gassett, “yo soy yo y mis circunstancias... la realidad circundante forma la otra mitad de mi persona”, por lo que, y esto lo repetía mucho Balaguer, unas veces para excusarse y otras con razón, no he cambiado yo, han cambiado las circunstancias. En mis 7 artículos anteriores se puede leer entre líneas mi posición con respecto al asunto RPCh y la isla de Taiwán y también, por qué no, mi posición con respecto al tema de las relaciones diplomáticas de nuestro país con el uno o con el otro. Mi posición se puede sintetizar en que si ellos decidieron posponer el tema político, si decidieron una tregua diplomática, mantener el estatus quo, lo que implica claramente que por el momento República Dominicana no es de interés en lo diplomático para la RPCh, nosotros debemos asumirlo y esperar que se resuelva la situación entre ellos o que cambien las circunstancias. Por el momento nos queda adecuar nuestra política exterior a la realidad y obtener el mayor provecho como país. De las relaciones con Taiwán, seguir obteniendo la colaboración técnica, las donaciones, los intercambios culturales, las inversiones y sobre todo respetando como tal a esa Misión Diplomática cuyo jefe es el embajador Isaac Tsai. Con la RPCh seguir fortaleciendo los lazos de amistad, desarrollando el comercio entre ambos países, los intercambios culturales, académicos y técnicos, aprovechando la excelente disposición que en ese sentido ha expresado Li Dong, Representante de China en el país. De manera que lo sensato, no es sugerir que nuestras relaciones diplomáticas sean con la RPCh, sino darle mayor carácter a nuestra Oficina de Desarrollo Comercial en Beijing, darle seguimiento a la Oficina de Promoción Turística e Inversión que anunció Francisco Javier, ministro de turismo, que se abriría en Shanghai. Aplaudir las inversiones de China, aunque sea mediante España, que ya estamos recibiendo y más aun cuando la Cancillería de Taiwán dijo que no se opone a los contactos económicos o financieros entre sus aliados y China. Apoyar y promover lo que Eddy Martínez, del CEI-RD, anunció de que para noviembre vendrán al país potenciales inversionistas chinos. Lo demás es majadería e irracionalidad.

Desarrollo planificado

Proclamada la República Popular China (RPCh), sólo transcurrieron 4 años para que se anunciara el I Plan Quinquenal de desarrollo económico. De acuerdo a los datos oficiales del gobierno chino, desde 1953 hasta hoy, se han elaborado y puesto en ejecución 11 planes. El primero, que fue hasta 1957, se enfocó en la tarea de transformación socialista sobre la agricultura y comercio particular, la artesanía y la industria. El segundo que abarcó el período 1958-62, después de haber sido elaborado y aprobado en septiembre de 1956, fue revisado en agosto de 1958, proponiéndose metas que procuraban un Gran Salto Adelante, que significaba superar al Reino Unido y alcanzar a EEUU en la producción de productos importantes. Fue un fracaso, que trajo como consecuencia luchas políticas que pospusieron el tema económico. Después de una etapa de transición, se retomó el tema económico. En el 1964 se comenzó a elaborar lo que sería el tercer plan, para ejecutarse en el lustro 1966-70, igual más adelante, el cuarto para el período 1971-75. Estos dos últimos, en los años de la llamada Revolución Cultural Proletaria, lo que impidió avances significativos. El quinto plan, que en principio se pensó para 10 años, fue igual de 5 años, hasta 1980. El sexto plan, ejecutado entre 1980 y 85, que desde mi óptica fue con el cual se inicia el ascenso del dragón y el que permitió los pasos hacia un verdadero salto adelante, se elaboró bajos las directrices de Deng Xiaoping. Desde ahí los demás planes quinquenales, o sea, el séptimo 86-90, octavo 91-95, noveno 96-2000, décimo 2001-2005 y el decimoprimero 2006-2010, se han apoyado en la transformación, apertura, el socialismo con características chinas. Todos han sido exitosos, en todos se han alcanzado y hasta superado las expectativas. Hace apenas unos días, el presidente Hu Jintao, tras la sesión plenaria del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), en su calidad de Secretario General del mismo, informó del XII Plan Quinquenal de Desarrollo Económico y Social 2011-2015. Dentro de los objetivos señalados se destacan, el aumento y distribución más equitativa de los ingresos del pueblo, impulsar la construcción social, profundizar la reforma y la apertura, mantener un crecimiento estable y relativamente rápido. Corresponderá al Consejo de Estado prepararlo y adecuar las ideas generales para su puesta en práctica, y a la máxima autoridad legislatura del país, que es la Asamblea Popular Nacional, conocerlo y aprobarlo en su sesión plenaria anual en marzo del año próximo. Esa ha sido la clave del éxito de China, su planificación y pese a los detractores sigue creciendo. Mientras en EEUU están cerrando sucursales de la famosa cadena de café Starbucks, en China se abren, ¿por qué?, la respuesta es obvia, porque hay mercado, porque aunque es un país en vías de desarrollo con millones de pobres, igual tiene millones de consumidores que pueden darse el lujo de pagar 23 yuanes, que son 3 dólares y medio o 130 pesos dominicanos, por un capuchino.

China, país del centro

China, que pronunciado en idioma chino suena zhongguo, y por tanto así se escribe para que los que no basamos nuestra escritura en ideogramas podamos entender, significa “país del centro” o “el reino central”, porque los antiguos chinos creían que su país era el centro geográfico del mundo y su cultura la única civilizada. En estos momentos en el centro geográfico del planeta, o sea, en el punto donde se encuentran, el Ecuador o latitud cero y el Meridiano de Greenwich o longitud cero, no hay ningún país, sino el Golfo de Guinea en el Océano Atlántico, siendo Ghana en África el país que más cerca está, por lo que no se puede hablar que desde esa óptica existe un país del centro. Pero si lo enfocamos desde la óptica del peso específico del país, de su influencia en el mundo de hoy, de la importancia que le dan los medios de comunicación, los analistas internacionales, los estudiosos, China es ya lo que su nombre significa. Pero faltaría serlo geográficamente, que aunque jamás estaría en el centro porque está por encima de los 30 grados latitud norte y eso no se puede cambiar, podría serlo en longitud. Todos sabemos, que en los tiempos de la Guerra Fría que enfrentó a EEUU y a la URSS, el mapa del mundo era visto diferente en Washington y Moscú. En el libro “Juego Estratégico” de Zbigniew Brzezinski podemos observar que tanto para EEUU, como para la URSS el centro del mundo eran ellos. Aunque China no se ve como líder del mundo, ni tiene aspiraciones imperialistas, pude comprobar mientras participaba en la acostumbrada rueda de prensa que todos los martes ofrece el Ministerio de Asuntos Exteriores, aquí en Beijing, que en el gran mapa del mundo que adorna el salón azul, China está en el centro. En este mapa el meridiano cero pasa por Beijing, por La Ciudad Prohibida, de manera que China, Japón y esos países ubicados en el lejano oriente, están en el centro del mundo, el lejano oriente está ocupado por países como EEUU, República Dominicana, si así como lo está leyendo, nosotros los dominicano estamos ubicados en el lejano oriente, en los 170 grados longitud este y no en los 68 grados longitud oeste como es ahora. Estamos cerca de lo que se conoce como el antimeridiano principal, de los 180 grados que es donde se encuentran los puntos más lejanos al este y oeste del meridiano de referencia. Sin que se haya producido una conferencia internacional como la de Washington en 1844 en la que se decidió que el meridiano de referencia sea el que pasa por Greenwich cerca de Londres, en este mapa ya China es geográficamente el país del centro.

EEUU y China interdependencia

La de EEUU y China es la relación bilateral más importante del mundo de hoy. Históricamente estas relaciones han sido armónicas, aunque con dificultades esporádicas, por razones diversas. Taiwán, el comercio, la política, el Tíbet, han sido las principales causas. La crisis del momento, la que tiene a ambos países enfrentados en una guerra fría, es la tasa del yuan o Renminbi (RMB), la moneda china, que de acuerdo a EEUU está infravalorada. En la relación comercial entre EEUU y China, la balanza se inclina a favor de este último ya que le vende más a los EEUU que lo que le compra, por esta razón a la economía estadounidense le favorece una moneda china que se acerque a la paridad con el dólar. Recientemente la Cámara de Representantes estadounidense aprobó un proyecto de ley para establecer aranceles a las importaciones desde China como una forma de compensar, esta medida profundiza la crisis. Entre estos países existe una gran interdependencia, se necesitan uno del otro más que otras dos economías del mundo en estos tiempos. Ahora estoy en EEUU en mi tránsito precisamente a China, donde participaré en un programa que la Universidad del Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha preparado para periodistas de los países del Caribe y he podido constatar en las dos ciudades que he visitado, New York y Miami, visitando los centros comerciales, que los niveles de interdependencia son más altos de lo que se percibe desde fuera. En EEUU, todo, desde el pin de la bandera de los EEUU, hasta los últimos zapatos (tenis) marca Nike Jordan, tienen el letrero Made in China. Pero eso no se queda ahí, sabemos que China es el mayor acreedor de los EEUU, gran parte de la deuda estadounidense la ha comprado China. Muchos dicen que China es un Tigre de Papel, que depende de EEUU hasta el punto de que si EEUU decide retirar toda su inversión de allá y si decide no comprarle nada, la economía de China se desploma, pero no es tan sencillo. EEUU no puede así de fácil retirarse de China, cortar con China. Volver con todas las fábricas para los EEUU no es rentable, no es competitivo porque la mano de obra en los EEUU, por el nivel de vida, por la cultura de consumo en la que se vive, no trabajaría ni por la mitad de lo que trabaja la mano de obra china, pero además y ¿si China decide cobrar su deuda? Esta crisis debe resolverse porque ni EEUU, ni China, ni el mundo saldrían ganando de un enfrentamiento entre ambos. ¿Qué se puede hacer entonces? Como en toda negociación, las partes deben ceder y buscar el equilibrio ganarganar, porque el camino hacia donde conducen estos enfrentamientos verbales no es el mejor, ninguna de las partes ganará si sucede un enfrentamiento, si se interrumpen las relaciones. La interdependencia vital debe llamar a la reflexión del liderazgo de estos países, yo confío en la sensatez de los estadounidenses y de los chinos.

61 años de la RPCh, inicio del segundo siglo

Para la cultura china 60 años representa un siglo, lo que es el resultado de una sencilla operación de aritmética, de multiplicar los 12 signos del horóscopo chino cada uno representado en un animal, por los 5 elementos que para los chinos constituyen la esencia del universo. Cada 60 años se completa un ciclo, se produce una combinación única entre un animal y un elemento. En 1949, cuando Mao proclamó la República Popular China (RPCh), era el año del Buey de Tierra, lo que se volvió a repetir el pasado año cuando se celebraron los primeros 60 años. No fue casual la importancia que otorgó China a esa celebración, la majestuosidad del acto, porque para ellos lo que se celebró fue el primer siglo de historia de la RPCh. Aunque no se descarta que como sucede con el año nuevo que celebramos los que nos regimos por el calendario gregoriano, también los chinos celebren sus primeros 100 años el 1 de octubre de 2049. Este 1 de octubre de 2010, la RPCh celebró sus 61 años, pero también el primer año de su segundo siclo de 60 años en el poder que terminaría en el 2069 cuando volverá ser año del Buey de Tierra. Aunque algunos, como George Friedman que en su nuevo libro titulado “Los Próximos 100 Años” señala que China será para 2020 un “Tigre de Papel”, no creen en la fortaleza de China, la verdad es que la RPCh comienza su segundo siglo como dragón en ascenso. Aunque tiene sus problemas, de los cuales está consciente el liderazgo chino, mi posición se acerca más a la planteada por Robert Shapiro en su libro “2020: un nuevo paradigma”, de que China se encamina a liderar la economía global. Quizá le venga bien a los escépticos del ascenso del dragón ver la película estadounidense “The Karate Kid” protagonistas Jaden Smith, donde no sólo se sugiere que el trabajo, incluyendo el de las grandes fábricas de automóviles de Detroit, se está yendo a China, sino de la grandeza de ese país donde se conjugan su milenaria cultura y filosofía, con lo más avanzado de la cultura y la tecnología occidental. Vamos a ver lo que sucede, el tiempo dirá. Mientras tanto, las relaciones entre la República Dominicana y la RPCh, se fortalecen, la Oficina de Desarrollo Comercial de la en la República Dominicana con Li Dong a la cabeza, celebraron esos 61 años con la presencia de altos funcionarios del gobierno del presidente Leonel Fernández, entre ellos el Procurador General de la República, Radhamés Jiménez Peña. Es que sin lugar a dudas como dijera el mismo Li Dong, en el prólogo del libro “China, el ascenso del dragón”, “China es un país es un país cada vez más cercano a la República Dominicana” y estamos seguros de que en este segundo siglo de la historia de la RPCh, ese acercamiento se coronará con lo que todas y todos esperamos: relaciones diplomáticas.

Conociendo a la China real

El Primer Ministro de China, Wen Jiabao, pronunció un discurso en la sede de la ONU en New York que tituló: “Conociendo la China real”. Desde hace un tiempo, colocamos en agenda escribir un artículo para los lectores de esta columna, con ese mismo título. Es una agradable coincidencia, que además obliga a no posponerlo más. De todo lo que dijo Wen, lo que sintetiza su discurso y es lo que también sintetiza las ideas que quiero compartir con ustedes acerca de China es: “Tomada en conjunto, China aún se encuentra en la fase primaria del socialismo y sigue siendo un país en desarrollo”. Lo que ha querido decir Wen al mundo, que es también lo que quiero decir, es que China ha logrado una hazaña única en la historia de la humanidad al convertirse en la segunda economía del mundo, con un crecimiento promedio de 10% en los últimos 30 años, que es el país con las reservas monetarias más grandes del mundo, que tiene 20 ciudades o más, que como Beijing, nada tienen que envidiar a las principales ciudades de los países desarrollados, que tiene en Macao el mayor casino del planeta, que tiene en Shanghai y Hong Kong dos de los grandes centros financieros del mundo, que organizó los Juegos Olímpicos del 2008 de manera ejemplar, que es sede en estos momentos de la mayor exposición internacional que se organizado en todos los tiempos, desde la primera en el 1901; en fin queremos decir que China se ha levantado y es dragón en ascenso. Pero también queremos decir, que no obstante toda esa aparente opulencia y desarrollo, todavía existen muchas desigualdades entre el este y el oeste, la zona urbana y la rural, que existen más de 150 millones de chinos que están por debajo de la línea de la pobreza que ha establecido la ONU. Queremos decir que China, tomándolo como un todo, es un país en vías de desarrollo. Para muestra, un botón. China tiene un PIB per cápita de apenas una décima parte del de los países desarrollados, una esperanza de vida y unos niveles de educación que todavía son bajos si lo comparamos con los países desarrollados, por lo que ocupa el lugar 92 en el Índice de Desarrollo Humano 2009, y aunque usted no lo crea, la República Dominicana, que ocupa el lugar 90, está mejor ubicado que China en ese renglón. La diferencia entre nuestro país y China, es que ellos se propusieron un plan de desarrollo llamado “Sueño de China” claramente definido desde hace 60 años, ellos saben hacia donde van y cómo llegar a la meta, que también está definida a 40 años más; nosotros no tenemos el “Sueño Dominicano” definido, no sabemos hacia dónde vamos y por tanto tampoco sabemos qué hacer para llegar. De China se puede decir que se encamina al desarrollo, que inexcusablemente habrá de alcanzar, de República Dominicana, no se puede decir lo mismo. ¿Estrategia Nacional de Desarrollo 2010-2030? Nunca es tarde para dar el primer paso.

Chongqing, el mayor municipio del planeta

Para poder gobernar un Estado que tiene un territorio de 9.6 millones de kilómetros cuadrados y una población de 1300 millones de personas, China se ha divido de manera administrativa en 23 provincias, 5 regiones autónomas, 4 municipios bajo jurisdicción central y 2 regiones administrativas especiales. Como su nombre lo indica, un municipio bajo jurisdicción central no es más que eso, un gran municipio que no es provincia, ni depende de ninguna de las 23 provincias, sino al gobierno central. Beijing, Tianjin, Shanghai y Chongqing son los cuatro municipios bajo jurisdicción central y como se puede apreciar, realmente son ciudades inmensas, a las que además de la zona metropolitana de alta densidad poblacional, se les suman los territorios periféricos de dichas ciudades. Se les otorga ese nivel, para destacarlos y enfocarse de manera directa en su promoción y desarrollo, pero sobre todo, para tener un control más directo sobre ellos, por parte del gobierno central de China. Chongqing, que está ubicado en el suroeste, en el centro del país, fue elevado a esa categoría en el 1997, con el principal objetivo por parte del gobierno central, de controlar de manera directa la construcción de la majestuosa obra “Presa de las Tres Gargantas”. Desde ese momento, la ciudad de Chongqing, quepertenecía a la provincia de Sichuan, se convirtió en el mayor municipio del planeta, con 82300 kilómetros cuadrados de extensión y una población de casi 30 millones de habitantes. En esa ciudadmunicipio el más alto funcionario ejecutivo es el alcalde, que tiene que ser además delegado en la Asamblea Popular Nacional (APN) y Secretario Adjunto del Comité Municipal del Partido Comunista de China (PCCh). No obstante ser el alcalde la autoridad ejecutiva, la verdad es que máxima autoridad administrativa le corresponde al Secretario del Comité Municipal del PCCh, mejor conocido como “Secretario del Partido”, quien a su vez es parte también de la APN, que como todos sabemos es el órgano supremo de poder del Estado. Este inmenso municipio tiene grandes depósitos de carbón, gas natural, aluminio, estroncio, mármol y mercurio. Sus principales industrias se enfocan en la fabricación de vehículos de motor, alimentos y medicamentos. Los principales productos agrícolas son el arroz, el trigo y el té. Es además un importante centro de cría de gusanos de seda, materia prima para el producto por excelencia en China, la tela de seda. Chongqing es un ejemplo de que sí se puede gobernar grandes municipios, que no es necesario dividir tanto los territorios para crear las apetecibles funciones públicas de elección popular. Quizás sea bueno para las autoridades dominicanas, que están planteando la fusión de algunos ministerios de Estado, que también comiencen a considerar la fusión de algunas provincias, tomando como ejemplo a municipios como Chongqing, que como ya señalamos, está gobernado por dos miembros del PCCh, no obstante tener casi dos veces la extensión territorial y tres veces la población de una República Dominicana que tiene 155 municipios y 229 distritos municipales.

La muerte de Mao y el ascenso del dragón

El próximo jueves 9 de septiembre se conmemoran 34 años de la muerte de Mao Zedong y ese es el día que hemos escogido para el lanzamiento del libro: China, el ascenso del dragón. ¿Qué relación existe entre la desaparición física de Mao y el llamado ascenso del dragón? Se preguntará usted. ¿Por qué no lanzar el libro otro día, que no sea precisamente en el que murió el líder indiscutible de la revolución china? ¿Por qué relacionar muerte con crecimiento? La respuesta es muy sencilla, es a partir de la muerte de Mao, que comienza una etapa transición que da paso al surgimiento de la segunda generación de líderes chinos, encabezada por Deng Xiaoping, con la que se inició el ascenso. ¿Quiere decir entonces que con Mao viviendo no se hubiese producido esa transformación? Sin lugar a dudas, la respuesta es no; toda flexibilización en el modo de producción, todo parecido a la economía de mercado, era catalogado como “desviacionismo de derechas”, y por tanto, Mao entendía que era una traición a la revolución. Como consecuencia del fallido Gran Salto Adelante, Zhou Enlai propuso un plan de desarrollo integral, que incluía las cuatro modernizaciones, que él entendía fundamentales, para relanzar la economía del país: agricultura, industria, ciencia y tecnología, y ejército. Como ya todos sabemos, Mao interpretó esta propuesta como de derecha, por lo que no la dejó desarrollarse, y contrario a esto, inició la llamada Revolución Cultural Proletaria, donde se purgó del Partido Comunista de China (PCCh) y del Gobierno a todo del que se sospechaba contrario a Mao y sus ideas de mantener vida la revolución. Las cuatro modernizaciones, el pragmatismo, el eclecticismo si se quiere; el tomar lo bueno, lo que da resultado de un sistema, sin renunciar a los principios, a la esencia, tendrían que esperar, porque mientras el Gran Timonel viviera, pretenderlo era necio afán. Ahora, mi querido lector, quizás entienda el porqué de la relación, por qué este día en que muere Mao, comienza el ascenso del dragón. ¿Quiere decir entonces que Mao fue una retranca para el desarrollo de su pueblo? No, todo lo contrario, lo que queremos decir es que ya había jugado su papel histórico, un papel único, no sucedáneo, insólito y hasta legendario, por el que ese pueblo lo recordará siempre, por el que ese pueblo tendrá que agradecerle siempre. ¿Cuál fue ese papel? Sobre todo provocar el renacer y fortalecimiento del dragón, que había sido envilecido, empequeñecido, debilitado. Pero ese dragón recuperado, fortalecido, orgulloso, necesitaba alzar el vuelo. Con Mao no se iba a producir el despegue, por una de dos razones, o porque no tuvo en entendimiento de Zhou Enlai y de Deng Xiaoping, de que se podía establecer un “socialismo con características chinas” sin traicionar la esencia de la revolución; o porque sí lo entendió y porque como Terencio, nada humano le era ajeno, dejó que su interés personal se antepusiera al colectivo. Quizás. Lo que sí es verdad y todos podemos apreciarlo sin necesidad de explicación, es que se está produciendo el ascenso del dragón.

Censo en China

A propósito del IX Censo de Población y Vivienda que se está anunciando en la República Dominicana y de una pregunta que me formuló en su programa de televisión METROPOLIS la distinguida comunicadora y jueza Carmen Imbert Brugal, creo conveniente y necesario que sepamos qué se hace China para contar esa inmensa población que tiene. Aunque usted no lo crea, China tiene una tradición exitosa de organización de lo que se conoce como “Censo de Población”. El último, que fue el quinto, se produjo en noviembre del año 2000. Los resultados dados a conocer en el 2001, reflejaron la realidad aproximada de China en estos aspectos. Una población de 1295 millones de habitantes lo que suponía en ese momento un 22% de la total mundial y un promedio nacional de la densidad poblacional de 130 habitantes por kilómetro cuadrado. La población urbana era de 456 millones de personas para un 36.09%, mientras que la rural era 807 millones para un 63.91%, lo que indica que todavía para principios del siglo XXI, China continuaba con la mayoría de su población en el campo, viviendo de la agricultura y quizás alejada de la percepción, que es además realidad, de la China que se ha dado a conocer, que hoy recorre el planeta como dragón en ascenso. Ese censo reflejó además que la Tasa de Crecimiento Demográfico apenas superaba el 1% en esos, siendo los hombres con casi un 52%, más que las mujeres que rondaban el 48%, contrario a lo que sucede en la mayoría de los países del mundo donde las mujeres son más que los hombres. A 10 años de ese censo, es seguro que son más de 1300 millones los habitantes de China, pero para conocer un dato preciso se necesita realizar el VI Censo, el cual se anunció para el 1 de noviembre de este año. El objeto de este censo serán los chinos residentes así como los que viven en el extranjero pero sin residencia permanente, no incluyendo a los extranjeros que residen en China por un corto plazo de tiempo. Se procurará averiguar tanto el número de habitantes del país como su sexo, edad, pertenencia a una u otra etnia, nivel educacional y profesión. Se espera aclarar los problemas de la migración y el seguro social, situación en materia de matrimonio, natalidad, mortalidad y viviendas. Para la República Popular China (RPCh) que se acaba de convertir en la segunda economía del mundo, pero que además tiene 56 nacionalidades, dentro de las cuales se destacan la tibetana y la uigur, es de vital importancia que este censo se haga bien y refleje los datos esperado con el mínimo de error. Hace 10 años, cuando se produjo el V Censo, seis millones de voluntarios empadronadores llamaron a las puertas de 350 millones de hogares en China, imagínese usted la magnitud del trabajo que le espera a China en este VI Censo. Yo confío en que lo harán bien. ¿Y nosotros, estamos listos para hacerlo bien?

China, segunda economía del mundo

Sólo era cuestión de tiempo para que sucediera lo que hace años se ha estado anunciando, lo que los especialistas, los entendidos, los informes, los índices, venían señalando que se produciría. China se acaba de convertir en la segunda economía del planeta en tamaño, superando a Japón, después del pobre desempeño de la economía nipona en el primer semestre de este año. La mayor hazaña de China no está en el qué, sino en el cómo, no está en el hecho de convertirse en la mayor economía del mundo, después de la de EEUU, sino en la manera, lo que hizo para lograrlo y el tiempo que le tomó hacerlo. En 32 años, desde 1978 hasta hoy, logró crecer lo que a otros les costó un siglo o quizá más tiempo. La transformación, que significó apertura económica, se apoyó en medidas concretas que fueron coordinadas de manera directa por Deng Xiaoping y seguidas por Jiang Zemin y Hu Jintao, con ligeras modificaciones que respondieron a las circunstancias. De ser una economía, que no se consideraba, que estaba a principios de los años 80 en el lugar número 30, hoy está en segundo lugar, con posibilidades de ocupar el primero en los próximos años. De ser un país que producía apenas para tratar de satisfacer su mercado local en productos básicos, que no tenía o tenía muy pocos productos en el mercado global con la inscripción “Made in China”, hoy es la indiscutible fábrica del mundo, en sectores incluso como el de vehículos de motor. China es grande, es un gigante, desde siempre en población, en cultura, y aunque muchos no lo acepten, también en tecnología. Su economía fue la número uno del planeta en diferentes etapas de su historia, aún a finales del siglo XVIII, quedando rezagada tras la Revolución Industrial en Europa, situación que le arrebató ese mérito. Ahora que estamos finalizando el tercer cuarto de este año 2010, año del Tigre, es la segunda. Para algunos el tamaño no importa, no obstante la realidad es que sí importa y mucho, más de lo que nuestra limitada capacidad de análisis nos pueda permitir apreciar. No se puede repartir un pastel que no tenemos, de manera que lo primero es tenerlo, eso fue lo que China hizo y luego se debe hacer crecer para que los que participen del reparto obtengan una mayor tajada, eso es lo que China está haciendo ahora. Si bien es cierto que China tiene la singularidad de ser la segunda economía del mundo, siendo un país en vías de desarrollo, no es menos cierto que es meritorio y hasta paradigmático lo que ha logrado. Todavía tiene muchos retos y desafíos por delante, entre ellos aumentar el ingreso per cápita que todavía es bajo y reducir las desigualdades, pero para ello tiene que seguir como dragón en ascenso, tiene que tener una economía grande, seguir trabajando disciplinado, encendiendo la luz como enseñó Confucio, sin hacer caso a los que sólo saben maldecir la oscuridad.

Socialismo con características chinas

Cuando se convocaron las Asambleas Generales a principios de la Revolución Francesa, la ubicación de las facciones legislativas determinaron el origen de los conceptos izquierda y derecha en escenario político. A la derecha del Presidente de la Asamblea, se sentaba la aristocracia, ocupando el lugar de honor, y a la izquierda, el Tercer Estado, el pueblo llano. La derecha implicaba el apoyo a los intereses reales, mientras que ser de la izquierda, implicaba oposición a los mismos. No obstante, estas características, que son sólo algunas de las más importantes, no son absolutas, puesto que cada sociedad, cada grupo que propugna por implantar un régimen de izquierda o de derecha, agrega nuevos elementos, que van a tono con su realidad. Si bien el fondo, entre diferentes grupos de izquierda o de derecha, parece el mismo, la forma es diferente. Se coincide en el por qué y para qué, se presenta el desacuerdo en el cómo. El ejemplo más gráfico: la izquierda marxista-leninista versus la izquierda maoísta, la Unión Soviética versus la República Popular China (RPCh). Mientras que para Lenin el proletariado urbano era visto como la principal fuerza revolucionaria, para Mao Tsé-tung el campesinado representaba esa fuerza. Esas posiciones en cuanto al cómo hacerlo, es lo que amplía el espectro político, colocando entre los extremos o sea entre los radicales, a los moderados, los que tienden al centro. La izquierda fue radical en sus comienzos, entendía que la forma de llegar al poder y realizar los cambios necesarios, era a través de las armas. Ese era el paradigma, la base teórica lo recomendaba, los ejemplos como la Revolución Rusa en 1917 y la Revolución China en 1949, lo afianzaban. Quizás las circunstancias lo demandaban, quizás esos dos intentos fueron necesarios para enviar un mensaje a los conservadores a ultranza que tenían que ceder, pero ya los tiempos han cambiado. Lo que se justificaba en aquellas ocasiones, hoy no tiene justificaciones. Ni izquierda, ni derecha, la solución a los problemas del mundo de hoy, están más allá de la izquierda y de la derecha, como bien ha tratado de explicar Anthony Giddens en sus libros. Lo que demanda la sociedad global de hoy es un nuevo socialismo, un socialismo del Siglo XXI, un socialismo democrático, con una economía de mercado fiscalizada por un Estado responsable. Ni izquierda, ni derecha, debemos construir una sociedad que asuma el ideal socialista de poner fin a la explotación del hombre por el hombre, donde cada cual aporte de acuerdo a sus capacidades y reciba de acuerdo a sus necesidades. Como dijera Deng Xiaoping, “socialismo no es sinónimo de pobreza, enriquecerse es glorioso”, ese fue el sueño de China, alcanzar el bienestar para todos, la riqueza material por medio a la cual se pueda alcanzar el ideal socialista. China lo está logrando con un socialismo con características chinas, China se repensó, revisó sus ideas y hoy está obteniendo resultados asombrosos. Quizás sea tiempo que países como la República Dominicana, que se encaminan hacia el desarrollo tomen este “modelo chino” de paradigma y lo moldeen a sus realidades.

China y su apertura: ¿modelo para Cuba?

Hace más de dos años el gobierno de Cuba anunció el fin del igualitarismo salarial en la isla y hace apenas unos días anunció nuevas medidas para resucitar la economía, lo que parece ser son pasos encaminados hacia un conjunto de reformas económicas que el pueblo cubano está esperando hace mucho tiempo y que sin lugar a dudas, necesita. En China, esas reformas se produjeron hace casi 32 años. En diciembre de 1978 Deng Xiaoping formuló sus ideas de lo que debía ser un socialismo con peculiaridades chinas, un socialismo de mercado con ciertas libertades que permitieran el aumento de la productividad. Descentralización económica y fin del igualitarismo, apertura al exterior, importancia de la ciencia y la educación, fueron medidas concretas que se tomaron. Raúl Castro sería a Cuba, lo que Deng Xiaoping fue a China. Desde que asumió el poder en sustitución de su hermano Fidel, ha estado enviando señales de que está dispuesto a promover cambios. Se pueden ver pancartas en Cuba, con la foto de Raúl y el siguiente mensaje: “para tener más, hay que producir más”. Parece que está comprendiendo, que para poder distribuir y brindarle a cada cubano mejor calidad de vida, se necesita primero producir y que para producir se precisa dar un nuevo rumbo a la economía. Mao Zedong fue el padre de la revolución, el líder indiscutible de la China comunista desde el 1 de octubre de 1949, cuando se proclama la República Popular China (RPCh), hasta el 9 de septiembre de 1976, cuando muere. A él se debe la instauración de un sistema político centralizado, basado en un partido único, que todavía hoy gobierna en China. Intentó industrializar el país, tomando una serie de medidas que se conocieron como el Gran Salto Adelante. Fue un fracaso que lo condujo a otro gran error de su carrera política, la llamada Revolución Cultural Proletaria. No obstante esos errores, se le reconoce como el iniciador, el que preparó el terreno y sentó las bases para las grandes reformas económicas de Xiaoping. Fidel Castro ha sido para Cuba lo que Mao fue para China, sin embargo, igual que el líder chino, tampoco ha logrado el desarrollo económico de su país. Si Deng Xiaoping, que en algún momento enfrentó al líder chino, logró continuar sus ideas políticas e instaurar un nuevo modelo económico, con más razón Raúl, que no sólo es hermano de líder cubano, sino su aliado y mano derecha desde el primer momento de la revolución hasta hoy. Si le ha dado resultados a China, ¿por qué no hacerlo en Cuba? Ha llegado la hora de un socialismo con características cubanas, de su segunda revolución, o sea, la económica, sin abandonar radicalmente la primera revolución, o sea, la política, con la particularidad y diferencia con respecto a China, de que su transición hacia la democracia electoral, debe ser más corta. Si lo hacen así, tanto Fidel como Raúl, habrán completado su obra, y quizás aunque muchos los condenen, la historia los absolverá.

Atención a India, China y Pakistán

China, India y Pakistán son tres países asiáticos. Ubicados todos en el primer cuadrante, latitud norte y longitud este. Tres países que hacen fronteras entre sí y que por esas razones existen conflictos territoriales entre ellos, tanto entre China e India, como entre India y Pakistán. Pakistán e India, constituyen un mismo pueblo en etnia y origen, divididos por razones religiosas desde el mismo instante en que lograron separarse del Reino Unido. Han tenido unas relaciones poco amigables, sobre todo porque tanto uno como el otro, reclama como propio un territorio llamado Cachemira. India desde el 1 de abril de 1950 y Pakistán desde 21 de mayo de 1951, fueron de los primeros países que establecieron relaciones diplomáticas con la República Popular China (RPCH). Fueron de los pocos que reconocieron a la RPCh cuando todavía en la ONU el asiento de China era ocupado por el Gobierno establecido en Taiwán. Los 60 años de relaciones entre China e India, han tenido sus altas y bajas, pero se ha mantenido, igual los casi 60 entre China y Pakistán. La nueva India es reciente, logró su independencia del Reino Unido el 15 de agosto de 1947, igual la nueva China, o sea, la RPCh, que lo hizo el 1 de octubre de 1949. Los dos sexagenarios han logrado en esos pocos años y sobre todo en los últimos 30, caso de China y últimos 20, caso India, lo que a otros les ha tomado más de un siglo. Por el ascenso del dragón y la emergencia del elefante, es que el mundo ha tenido que prestar atención a esto dos colosos asiáticos. Separados, como China e India o unidos como Chindia, son sin lugar a dudas, dos gigantes ya despiertos, que avanzan en todos los órdenes y que se perfilan como líderes del nuevo orden mundial. No obstante esa idea a la que han llamado Chindia, magistralmente explicada en libros del mismo título, por autores como Pete Engardio y Pablo Bustelo, para materializarse necesita que estos dos países se mantengan en paz entre ellos y creciendo sostenidamente. ¿Corre peligro la paz y las relaciones entre China e India y por tanto Chindia? Parece que sí, porque además de sus problemas fronterizos y de que India hospeda en su territorio al Dalai Lama, se ha sumado un nuevo elemento, las relaciones entre China y Pakistán. Entre estos tres países se está jugando al equilibrio de poderes, parece como que estamos en la Europa del siglo XVII, donde la Razón de Estado del Cardenal Richelieu en Francia justificaba todo tipo de acciones. Aunque podría afectar sus relaciones con India y por tanto a Chindia y al BRIC, China anuncia acuerdos con Pakistán como una respuesta a las acciones de India que la afectan. En el centro está Pakistán que aprovecha la situación para salir beneficiado, aunque se convierta en una piedra en el camino de China e India. Atención a esta relación trilateral, no olvidemos que son tres potencias nucleares. Sin ánimos de alarmar.