Hace más de dos años el gobierno de Cuba anunció el fin del igualitarismo salarial en la isla y hace apenas unos días anunció nuevas medidas para resucitar la economía, lo que parece ser son pasos encaminados hacia un conjunto de reformas económicas que el pueblo cubano está esperando hace mucho tiempo y que sin lugar a dudas, necesita. En China, esas reformas se produjeron hace casi 32 años.
En diciembre de 1978 Deng Xiaoping formuló sus ideas de lo que debía ser un socialismo con peculiaridades chinas, un socialismo de mercado con ciertas libertades que permitieran el aumento de la productividad.
Descentralización económica y fin del igualitarismo, apertura al exterior, importancia de la ciencia y la educación, fueron medidas concretas que se tomaron. Raúl Castro sería a Cuba, lo que Deng Xiaoping fue a China. Desde que asumió el poder en sustitución de su hermano Fidel, ha estado enviando señales de que está dispuesto a promover cambios. Se pueden ver pancartas en Cuba, con la foto de Raúl y el siguiente mensaje: “para tener más, hay que producir más”.
Parece que está comprendiendo, que para poder distribuir y brindarle a cada cubano mejor calidad de vida, se necesita primero producir y que para producir se precisa dar un nuevo rumbo a la economía. Mao Zedong fue el padre de la revolución, el líder indiscutible de la China comunista desde el 1 de octubre de 1949, cuando se proclama la República Popular China (RPCh), hasta el 9 de septiembre de 1976, cuando muere.
A él se debe la instauración de un sistema político centralizado, basado en un partido único, que todavía hoy gobierna en China.
Intentó industrializar el país, tomando una serie de medidas que se conocieron como el Gran Salto Adelante. Fue un fracaso que lo condujo a otro gran error de su carrera política, la llamada Revolución Cultural Proletaria.
No obstante esos errores, se le reconoce como el iniciador, el que preparó el terreno y sentó las bases para las grandes reformas económicas de Xiaoping.
Fidel Castro ha sido para Cuba lo que Mao fue para China, sin embargo, igual que el líder chino, tampoco ha logrado el desarrollo económico de su país. Si Deng Xiaoping, que en algún momento enfrentó al líder chino, logró continuar sus ideas políticas e instaurar un nuevo modelo económico, con más razón Raúl, que no sólo es hermano de líder cubano, sino su aliado y mano derecha desde el primer momento de la revolución hasta hoy.
Si le ha dado resultados a China, ¿por qué no hacerlo en Cuba? Ha llegado la hora de un socialismo con características cubanas, de su segunda revolución, o sea, la económica, sin abandonar radicalmente la primera revolución, o sea, la política, con la particularidad y diferencia con respecto a China, de que su transición hacia la democracia electoral, debe ser más corta. Si lo hacen así, tanto Fidel como Raúl, habrán completado su obra, y quizás aunque muchos los condenen, la historia los absolverá.
Publicado en el Listín Diario, ver en: http://www2.listindiario.com/las-mundiales/2010/8/7/153797/China-y-su-apertura-modelo-para-Cuba
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