domingo, 5 de diciembre de 2010

La muerte de Mao y el ascenso del dragón

El próximo jueves 9 de septiembre se conmemoran 34 años de la muerte de Mao Zedong y ese es el día que hemos escogido para el lanzamiento del libro: China, el ascenso del dragón. ¿Qué relación existe entre la desaparición física de Mao y el llamado ascenso del dragón? Se preguntará usted. ¿Por qué no lanzar el libro otro día, que no sea precisamente en el que murió el líder indiscutible de la revolución china? ¿Por qué relacionar muerte con crecimiento? La respuesta es muy sencilla, es a partir de la muerte de Mao, que comienza una etapa transición que da paso al surgimiento de la segunda generación de líderes chinos, encabezada por Deng Xiaoping, con la que se inició el ascenso. ¿Quiere decir entonces que con Mao viviendo no se hubiese producido esa transformación? Sin lugar a dudas, la respuesta es no; toda flexibilización en el modo de producción, todo parecido a la economía de mercado, era catalogado como “desviacionismo de derechas”, y por tanto, Mao entendía que era una traición a la revolución. Como consecuencia del fallido Gran Salto Adelante, Zhou Enlai propuso un plan de desarrollo integral, que incluía las cuatro modernizaciones, que él entendía fundamentales, para relanzar la economía del país: agricultura, industria, ciencia y tecnología, y ejército. Como ya todos sabemos, Mao interpretó esta propuesta como de derecha, por lo que no la dejó desarrollarse, y contrario a esto, inició la llamada Revolución Cultural Proletaria, donde se purgó del Partido Comunista de China (PCCh) y del Gobierno a todo del que se sospechaba contrario a Mao y sus ideas de mantener vida la revolución. Las cuatro modernizaciones, el pragmatismo, el eclecticismo si se quiere; el tomar lo bueno, lo que da resultado de un sistema, sin renunciar a los principios, a la esencia, tendrían que esperar, porque mientras el Gran Timonel viviera, pretenderlo era necio afán. Ahora, mi querido lector, quizás entienda el porqué de la relación, por qué este día en que muere Mao, comienza el ascenso del dragón. ¿Quiere decir entonces que Mao fue una retranca para el desarrollo de su pueblo? No, todo lo contrario, lo que queremos decir es que ya había jugado su papel histórico, un papel único, no sucedáneo, insólito y hasta legendario, por el que ese pueblo lo recordará siempre, por el que ese pueblo tendrá que agradecerle siempre. ¿Cuál fue ese papel? Sobre todo provocar el renacer y fortalecimiento del dragón, que había sido envilecido, empequeñecido, debilitado. Pero ese dragón recuperado, fortalecido, orgulloso, necesitaba alzar el vuelo. Con Mao no se iba a producir el despegue, por una de dos razones, o porque no tuvo en entendimiento de Zhou Enlai y de Deng Xiaoping, de que se podía establecer un “socialismo con características chinas” sin traicionar la esencia de la revolución; o porque sí lo entendió y porque como Terencio, nada humano le era ajeno, dejó que su interés personal se antepusiera al colectivo. Quizás. Lo que sí es verdad y todos podemos apreciarlo sin necesidad de explicación, es que se está produciendo el ascenso del dragón.

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