sábado, 24 de octubre de 2009

Octubre del 1966, el Libro Rojo de Mao

Después del fracaso de la política económica y social implantada por el gobierno chino en el 1958, mejor conocida como “Gran Salto Adelante”, algunos líderes chinos decidieron que Mao debía ser depuesto como Jefe de Estado. En 1959, Liu Shaoqi accedió al puesto de Presidente de la República Popular China, mientras que Mao mantuvo su posición de Presidente del Partido Comunista.
Mao resurge en 1966 con su Revolución Cultural Proletaria, que tuvo como base ideológica un pequeño libro que apareció en octubre, donde se resumía su pensamiento. Dado a conocer en China con el nombre “Citas del Presidente Mao”, se hizo famoso en occidente con el nombre “Libro Rojo de Mao”.
Fue y sigue siendo un libro grande en contenido, pero pequeño en presentación. Se editó como libro de bolsillo, de manera que todos los chinos, miembros del Partido Comunista de China (PCCh), miembros del ejército, los estudiantes, los campesinos que pudieran leer y hasta los que no, tuvieran uno. Tenía doble propósito, propagandístico y doctrinario, alcanzados y superados con creces.
Fue recopilado por su colaborador Lin Biao, Ministro de Defensa y responsable del desarrollo del culto a Mao. Durante este periodo, casi todo lo que se publicaba, incluyendo los ensayos científicos, debía contener citas de Mao. Su lectura no sólo era obligatoria en los colegios, sino también en los lugares de trabajo, donde se organizaban grupos para estudiarlo.
El culto a Mao alcanzó niveles enfermizos. Se cree que desde su publicación se han impreso casi 1000 millones de ejemplares del Libro Rojo en varios idiomas y se siguen imprimiendo, lo que lo convierte en el segundo libro más publicado de la historia, sólo superado por la Biblia.
No hay turista que visite China que resista la tentación de comprarlo, en mi visita a Beijing en mayo de 2008 compré varios ejemplares para regalar a distinguidos amigos, Consuelo Despradel y Rosa Ng, acaban de llegar de China cada una con su Libro Rojo en mano. Hoy, el pequeño libro rojo, sólo tiene un sentido simbólico, se vende como pan caliente, pero no se lee.
Mi recomendación es que debemos leerlo, no para asumirlo de manera radical, como los talibanes asumen el Corán, sino para tomar las excelentes recomendaciones que hace Mao, a todo el que desee hacer realidad el sueño de relanzar su país, despertar su nación del letargo en que se encuentre.
Así como existe el Libro Rojo de Mao y el Libro Verde de Gadafi, quizás es tiempo de que surja el Libro Amarillo dominicano, no para oponerse a los imperios y las potencias occidentales, sino para dar a conocer con vehemencia, como ellos lo hicieron, el pensamiento de los que creen que sí se puede tener gobiernos del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
Publicado en el Listín Diario el sábado 24 de octubre de 2009, ver en: http://www.listin.com.do/app/article.aspx?id=119184

lunes, 19 de octubre de 2009

China y Rusia

China primero en población, Rusia noveno; Rusia primero en territorio, China tercero. Los dos suman casi 1500 millones de habitantes, un cuarto de la población global. Entre los dos ocupan un territorio de 26 millones de kilómetros cuadrados, lo que es casi un 18% de la tierra firme del planeta.
Pero aunque usted no lo crea, en ese extenso territorio, donde cabe República Dominicana 542 veces, con 150 veces nuestra población, sólo hay 69 provincias, de las cuales 46 son de Rusia y 23 de China. Los dos ingresaron al siglo XX con gobiernos monárquicos.
En Rusia la dinastía Romanov, en China la Qing, las cuales se iniciaron en el siglo XVII y terminaron en octubre, la china en 1911, la rusa en 1917.
En los dos países se intentó establecer un régimen democrático liberal tipo EEUU, antes de que los comunistas, con el marxismo como ideología, llegaran al poder. En Rusia el intento fue muy efímero, en China más prolongado, pero igual los dos intentos fueron fallidos. La revolución comunista rusa se apoyó en el proletariado, la china en el campesinado.
Los dos fueron de los que ganaron la Segunda Guerra Mundial, por eso son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Rusia más que China, pero igual los dos fueron protagonistas de la Guerra Fría. China inició la transición hacia la economía de mercado en el 1978, Rusia en el 1991. La china sin traumas, sin dejar de lado la ideología comunista, el maoísmo, el gobierno basado en el partido único, ha sido exitosa en lo económico.
La rusa, traumática, dejando de lado el marxismo-leninismo y tratando de establecer una democracia electoral, ha tenido menos éxitos económicos, y por qué no decir, menos éxitos políticos. Con sus altas y bajas, con sus interrupciones, estos dos grandes de la historia, acaban de celebrar 60 años de relaciones diplomáticas.
En representación del gobierno chino, el máximo asesor político de China, Jia Qinglin, quien es presidente del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), dijo: “Las relaciones entre China y Rusia se han convertido en una de las relaciones bilaterales más vigorosas e influyentes del mundo, lo cual no solamente beneficia a los dos pueblos sino que también contribuye a la paz y al desarrollo del mundo”.
Yo creo que sí, tiene razón Jia, porque estos dos países, por la importancia que tienen en todos los órdenes son un contrapeso importante para mantener el llamado equilibrio de poderes del que se habla en la Escuela Realista de las Relaciones Internacionales.
Aunque cada uno con sus problemas internos y algunos problemas fronterizos entre ellos, parece ser que China y Rusia se encaminan hacia una paz duradera que será beneficiosa para todo el planeta.
Publicado en el Listín Diario el sábado 17 de octubre de 2009, ver en: http://www.listin.com.do/app/article.aspx?id=118390
Publicado en el Nuevo Diario digital, ver en: http://elnuevodiario.com.do/app/article.aspx?id=172901

sábado, 10 de octubre de 2009

La Larga Marcha continúa

China es grande, en territorio, población y cultura. Lo fue, lo es y lo será. Colosales construcciones como son la Gran Muralla, la Ciudad Prohibida y la presa de las Tres Gargantas. Una historia cargada de hazañas con características épicas, dignas de ser contadas.
La Larga Marcha, una de las más asombrosas. Desde las escarpadas montañas de la localidad de Yudu en la provincia Jiangxi al sureste de China, el 16 de octubre de 1934, partieron hacia el noroeste 86,000 hombres y 35 mujeres. Huir de las garras de Chiang Kai-shek, replantear la estrategia y ganar tiempo, eran los principales objetivos.
Con Mao Zedong a la cabeza y la destacada participación de Zhou Enlai, Lin Biao y Deng Xiaoping recorrieron más de 10,000 kilómetros en 370 días. El frío invierno, el terreno inhóspito, así como la falta de provisiones, provocaron hambre y enfermedades, que sumados a las luchas contra las fuerzas del Guomindang, diezmaron al Ejército Rojo.
Sólo 8000 llegaron, en octubre de 1935, a la provincia norteña de Shaanxi. Desde ahí, empequeñecidos en número pero agigantados en moral, los comunistas continuaron su lucha.
Luego de una tregua entre 1937 y 1945, donde los comunistas y los nacionalistas se unieron para enfrentar a Japón, los primeros lograron la victoria y proclamaron la República Popular China (RPCh) el 1 de octubre de 1949. La Larga Marcha, fue sin lugar a dudas, uno de los episodios más determinante en la historia contemporánea de China, lo que sirvió además para señalar cuáles serían los líderes de la nueva China. Esa Larga Marcha aún no termina.
Con las políticas equivocadas de Mao, que provocaron millones de muertes de hambre e inanición, pero que sirvieron para impregnar un carácter de disciplina y tendencia al trabajo que tiene el pueblo chino, la Larga Marcha continúa.
Con la propuesta de las Cuatro Modernizaciones, planteada por Zhou Enlai en el 1964, la Larga Marcha continúa.
Con el ascenso de Deng Xiaoping, el relanzamiento de la Revolución China, el anuncio de las nuevas políticas económicas de apertura y transformación, la Larga Marcha continúa.
Con el crecimiento económico de 10% en los últimos 20 años que coloca a China hoy como la tercera economía del planeta, en la fábrica y suplidor del mundo, la Larga Marcha continúa. Pero sobre todo, la Larga Marcha continúa, porque China avanza con firmeza hacia la realización del sueño de los grandes ideólogos del comunismo: una sociedad igualitaria, con gobierno del pueblo, donde a todos se les respeten sus derechos como seres humanos y se les garantice que como decía Lao Tse, no sólo se le dé el pescado que aplaca el hambre de una jornada, sino que se le enseñe a pescar para que toda la vida pueda satisfacer sus necesidades.
La Larga Marcha continúa hacia un mundo liderado por China que tendrá como base el respeto a la autodeterminación de los todos los pueblos del mundo y como norte la paz.
Publicado en el Listín Diario el sábado 10 de octubre de 2009, ver en: http://listin.com.do/app/article.aspx?id=117685

sábado, 3 de octubre de 2009

Los 60 años de la República Popular China (RPCh)

El pasado jueves 1 de octubre, se cumplieron 60 años de la República Popular China (RPCh). No de la cultura y la sociedad de China, que son milenarias, ni de los reinados y los imperios chinos, que también lo son, sino de la proclamación de una nueva forma de gobernar, basada en la democracia y el marxismo-leninismo occidental.
Se conmemoraron los 60 años del gobierno para el pueblo, por hombres que han salido de las entrañas de ese mismo pueblo. Los 60 años del gobierno de un partido, el Partido Comunista de China (PCCh) que cuenta con organizaciones centrales y organizaciones locales. 60 años de un gobierno apoyado en la Asamblea Popular Nacional que es el órgano supremo del poder del Estado, cuyos miembros son elegidos por las provincias, las regiones autónomas, los municipios de jurisdicción central y el ejército. 60 años de un gobierno que no es militar, ni totalitario, sino una democracia popular, donde el pueblo elige sus representantes. 60 años de una administración pública que ha dado resultados, apoyada en el Gobierno Popular Central y los gobiernos populares locales. 60 años del liderazgo e influencia de Mao Zedong, Deng Xiaoping, Jiang Zemin y Hu Jintao, así como otros no menos importantes como fueron Zhou Enlai y Lin Biao.
60 años que para entenderlos mejor habremos de dividir en dos períodos. De 1949 hasta 1976, es la etapa inspirada y dirigida por Mao Zedong, más política y errática, más ideológica, enfocada en el qué hacer, etapa del Gran Salto Adelante y de la Revolución cultural proletaria, dos experimentos que si bien no dieron resultados inmediatos, sirvieron para enseñar el cómo hacerlo en la exitosa segunda etapa. El gran logro de esta primera etapa fue haber devuelto el orgullo al pueblo chino y haber recuperado el respeto por parte de las potencias occidentales.
De diciembre de 1978 hasta hoy, es la etapa inspirada y dirigida por Deng Xiaoping, menos ideológica, más enfocada en los resultados y el cómo hacerlo, su mayor logro ha sido económico. La primera etapa significó una revolución política e ideológica, la segunda, una revolución económica que se ha enfocado en hacer realidad los sueños de la primera.
La República Dominicana ha acompañado a la RPCh muy poco en esos 60 años. Desde la proclamación en 1949 hasta el 1993, los contactos oficiales fueron nulos. Desde 1996, comerciales y culturales, con la salvedad de que en este período nuestro país ha sido poco recíproco con el gigante asiático.
Para América Latina, estos 60 años, sobre todo los últimos 30, han sido favorables.
Felicitamos a la RPCh por sus primeros 60 años, felicitamos a la Oficina de Desarrollo Comercial de la RPCh en la República Dominicana, a su representante Li Dong, al representante adjunto Liu Rutao y a toda la delegación que están trabajando para fortalecer los lazos culturales y comerciales entre ambos países. Este es sólo el principio, China tiene mucho más que mostrar al mundo.
Publicado el sábado 3 de octubre de 2009 en el Listín Diario, ver en: http://www.listindiario.com.do/app/article.aspx?id=116886