domingo, 27 de septiembre de 2009

Octubre, mes de China

En pocos días inicia el mes de octubre, el décimo mes en el Calendario Gregoriano, nuestro calendario. Ha sido un mes de grandes acontecimientos en la historia de la humanidad.
El “Descubrimiento de América”, la fundación de la ONU, nacimiento de Mahatma Gandhi, fundación del Opus Dei, muerte del Che Guevara y la Revolución Rusa entre otros.
Si bien podemos citar sucesos significativos del mes de octubre en casi todos los países del mundo, es en China donde se registran los más transcendentales, los que han definido su historia reciente.
El 1 de octubre de 1949 se proclama la República Popular China (RPCh), lo que da inicio a una nueva etapa en la China milenaria. El 10 de octubre de 1911 el Dr. Sun Yat-sen inició el proceso revolucionario que llevó al derrocamiento de la Dinastía Qing en China.
Este acontecimiento es vital para el establecimiento de la República de China, la China nacionalista y democrática que en 1950 se establece en la isla de Formosa, por eso es que este es el día nacional de Taiwán.
El 15 de octubre de 1934 se inició la Larga Marcha que finalizó el 19 de octubre de 1935. Sin este largo recorrido de más de diez mil kilómetros, sin esta epopeya titánica, quizás el mundo no hubiese conocido al líder Mao Zedong, ni sus frutos que han sido estos 60 años de gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
El 31 de octubre de 1887 nace Chiang Kai-shek, que aunque es de triste recordación en la RPCh, es un héroe nacional en Taiwán y sin lugar a dudas es parte de la historia de China. En octubre de 1966 se da a conocer el famoso Libro Rojo de Mao, que bajo la dirección y cuidado de Lin Piao, sirvió de fundamento a la Revolución Cultural Proletaria que se extendió hasta el 1976.
Estos son los acontecimientos recientes, ubicados todos en el mes de octubre de algunos años del siglo XX, sin los cuales no podría entenderse la China de hoy. Por eso bautizamos a octubre como el mes del Dragón Rojo, el mes de China.
Publicado en el Listín Diario el sábado 26 de septiembre de 2009, ver en: http://www.listin.com.do/app/article.aspx?id=116097

Li Dong opina en el Periódico Hoy

Al saludarle cortésmente me permito solicitarle tenga a bien considerar publicar los siguientes criterios míos sobre el comentario titulado Nuevo Imperio Económico escrito por Federico Henríquez Grateraux y publicado en la edición 24 del mes en curso del diario HOY.
El mencionado señor concentra su argumento, textualmente, en que China es gobernado por un régimen totalitario militar y se ha entretejido un nuevo imperio: “Chimérica”, lo cual no sólo no corresponde a las realidades internas y de la coherente política exterior de paz e independiente de China sino que se evoca a los lenguajes que se utilizaban en la época de la guerra fría.
La China de hoy es democrática, próspera y abierta y por eso se ha adaptado tan rápido con el proceso de integración global aumentando su poderío integral en beneficio propio y de toda la humanidad.
Todos los años miles de dominicanos, turistas, empresarios, académicos y periodistas, visitan a China. Muchos repiten viajes a mi país porque han conocido el progreso social y hospitalidad humana del pueblo chino.
El autor del mencionado comentario conoció a China en el 2006 y ahora ha emitido su criterio. Siempre son bien acogidas críticas con sentido común y no invenciones sin fundamento. Reconocemos que el sistema político de China todavía no es perfecto y hemos venido realizando constantes esfuerzos por perfeccionarlo, pero un sistema político como el de China, que ha podido lograr, como es de conocimiento público, enormes éxitos tanto en la prosperidad y el bienestar de la población como en la edificación de una sociedad democrática y armoniosa, podría ser referencia de reflexión más seria y responsable en la investigación académica y para guiar a la opinión pública.
Atentamente,
Li Dong
Representante
Oficina de Desarrollo Comercial de la República Popular China.-
Publicado en el Periódico Hoy el sábado 26 de septiembre de 2009, ver en: http://www.hoy.com.do/opiniones/2009/9/25/295142/EL-BUZONDestaca-progresos-de-China
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Los artículos de Federico Henríquez Gratereaux
Publicados en su columna A PLENO PULMON del periódico HOY
Nuevo imperio económico: Mao Tse Tung nunca creyó que la historia humana fuera un proceso sujeto a leyes, un "desarrollo progresivo" de carácter teleológico. Para los millones de chinos que vivieron siglos antes de Mao, la historia fue una sucesión caótica de acontecimientos inconexos; es posible relacionar sucesos en vínculos inmediatos de causas y efectos. Por ejemplo: un país ataca a otro y el país atacado se defiende y, luego, ataca en represalia al primer atacante.
Esa relación existe; pero los hechos no tienen sentido predeterminado, ni conducen a "objetivos sociales", como creen los occidentales herederos de Vico, Hegel, Marx. Los marxistas chinos de hoy saben que en el mundo existen ricos y pobres; es obvio que las personas a quienes falta la comida no ven el mundo como aquellas que la tienen de sobra. Las "clases" están "determinadas" por dos factores: la economía y la educación.
Ambos asuntos son "removibles"; no se trata de "condiciones" permanentes sino de "situaciones" transitorias. Si ganas la lotería, ya no serás pobre; si asistes regularmente a unos "cursos de capacitación", podrás adquirir educación.
Los usos sociales "debidos o correctos" se "asientan" en una sola generación: de padres a hijos.
La China continental vive actualmente en un régimen totalitario militar, dominado por un Partido Comunista con 70 millones de miembros, o sea, el 5% de la población.
Un puñado de chinos gobierna a una montaña enorme de sus compatriotas. Los herederos del régimen de Mao encontraron un sistema establecido por el ejército, en el curso de diversos enfrentamientos, internos o internacionales.
Cuando Deng Xiao Ping lanzó el celebrado lema: "¡háganse ricos!" dio impulso inesperado a la producción agrícola tradicional. A la viejísima cultura china se le había puesto un "chaleco ideológico". Los corazones de las gentes, eran chinos; las prendas exteriores, "marxistas-leninistas" y occidentales.
En este momento China es el país cuyo comercio recibe mayor cantidad de dólares norteamericanos; con esos dólares China compra bonos del Tesoro Norteamericano. Está unida estrechamente a esa moneda, aunque compre "Derechos Especiales de Giro" al Fondo Monetario Internacional.
Los paga, por supuesto, con dólares. Es por eso que el historiador británico Niall Ferguson afirma que entre las dos naciones se ha entretejido un nuevo imperio: "Chimérica".
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Entre el dólar y Mao: "La luna no siempre es redonda, las plantas no siempre florecen y los hombres no siempre se entienden", reza un viejo proverbio chino. No debe extrañar que el señor Li Dong, representante comercial de la República Popular China, exprese discrepancia con los términos de mi artículo "Nuevo imperio económico", publicado el pasado jueves 24. Además, lo hace como parte de los deberes "que tocan" a un funcionario gubernamental. Siguiendo admirables costumbres chinas, escribe su nota al director con prudencia política, sagacidad, cortesía diplomática. Los periodistas que opinan diariamente no deben molestarse cuando surge un "disentidor".
El derecho de réplica nos asiste a todos; y debe ser ejercido, para provecho de los lectores y reforzamiento de la democracia política. En primer lugar, deseo aclarar que "Chimérica" es un vocablo "compuesto" que emplea el historiador británico Niall Ferguson en su libro "The Ascent of Money". Ferguson es profesor en Harvard University; también "Senior Research Fellow" en Oxford University.
Anoto estos datos porque el señor Li Dong reclama, al final de su carta al periódico, "reflexión más seria y responsable en la investigación académica".
El libro de Ferguson, una historia financiera del mundo, fue publicado por The Penguin Press en 2008. Es su octava obra acerca de historia y finanzas.
Como dice el representante chino, tuve el placer de visitar China en 2006; y oportunidad de navegar cinco días por el río Yang-Tse-Kiang para conocer una gigantesca obra de ingeniería: la Presa de las Tres Gargantas. Nadie duda del progreso extraordinario de China bajo el régimen político que gobierna desde 1949. China es hoy una gran potencia económica. La incorporación de los chinos al consumo se siente en todo el mundo. El balance internacional de pagos es favorable a China, tanto en RD como en USA.
En China pude conocer algunas cosas, quizás con mayor precisión que Marco Polo, gracias a guías chinos que me acompañaron; una de ellas, un antiquísimo refrán sobre el egoísmo: "el codo se dobla hacia adentro"; otra, la opinión de Xu Youyu, de la Academia China de Ciencias Sociales: "las condiciones internas que dieron lugar a la Revolución Cultural no pueden cambiarse y no pueden criticarse". Pagué gozosamente todos mis gastos de viaje.
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Capitalismo y democradura: Por limitaciones de espacio no fue posible mencionar en la columna de ayer ciertos aspectos esenciales sobre la China del presente y la del remoto pasado. La milenaria civilización china es una porción preciosa del "patrimonio de la humanidad". Su filosofía, sus antiguas técnicas, sus inventos, conforman una asombrosa colección de bienes culturales; desde la porcelana y la pólvora, hasta la seda y el arte de "cloisonner". Sin embargo, la palabra "democracia" no existe en las diversas lenguas de los chinos.
El idioma general no contiene ningún ideograma para designar esa forma de gobierno. Ha sido necesario combinar tres "grafemas" para escribir en chino "democracia". Mediante un rodeo lingüístico, "gobierno", "discusión" y "blando" han llegado a significar "democracia": un "gobierno blando con discusión". La historia de China, tal vez por causas demográficas, económicas, climáticas, geopolíticas, ha "producido" una larga sucesión de regímenes despóticos.
No debe "chocar" al representarte de la República Popular China que se diga que el Partido Comunista Chino, de setenta millones de miembros, es una minoría de 5% frente a una población de 1,400 millones de seres humanos. En todas partes la "clase dominante" es una minoría. Así fue en la desaparecida Unión Soviética; y así es hoy en los países democráticos de Europa. La llamada "ruling class" no tiene que estar, necesariamente, compuesta de empresarios o de aristócratas.
También puede organizarse una oligarquía con funcionarios, burócratas, dirigentes de un partido único. Etimológicamente, oligarquía significa "gobierno de unos pocos".
China es un país digno de admiración por distintos motivos: tasa de desarrollo económico, cocina típica de cada región, crecimiento regulado de ciudades como Shanghai o Beijing. No hay que mencionar la conservación de la Gran Muralla, o los miles de científicos chinos que destacan en EUA, Europa, China continental, en Taiwán. Nadie en su sano juicio puede desdeñar la China, su arte, cultura, capacidad laboral.
El señor Li Dong sabe bien que hay lugares de China donde el uso de bicicletas se ha reducido dramáticamente; en otros lugares, los chinos que iban a pie van ahora en motocicletas. Todo por efecto del "nuevo capitalismo híbrido". En las grandes ciudades se venden más automóviles Mercedes Benz que en Londres o París.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Zhou Enlai

Vano intento sería tratar de entender la historia reciente de China, su desarrollo, su relanzamiento, su transformación, sin conocer la vida y obra de Zhou Enlai.
En sus memorias, que publicó con el título “Líderes”, el presidente de EEUU Richard Nixon dijo de él: “es una de las personas de talento más extraordinario que he conocido”.
Henry Kissinger, que también supo de él a principios de los años 70, dijo: “Es el estadista extranjero más impresionante que jamás he tratado”. Y no exageraban, porque es que Zhou Enlai era eso, un humano, un político, un diplomático asombroso. Tan inteligente y sagaz que supo ser el segundo teniendo el talento para ser el primero. Nació el 5 de marzo de 1898 en Huaian, en la provincia de Jiangsu, en el seno de una familia burguesa.
Se educó dentro y fuera de China, por eso tanto el confucianismo clásico y tradicional, como las ideas de avanzada que se discutían en la Europa de principios del siglo XX, eran sustento de su formación. Fue un mandarín revolucionario, que no estaba al servicio de un emperador, sino del pueblo. Ingresó al a las filas del Partido Comunista Chino (PCCh) estando en Europa. Conoció las ideas de Sun Yatsen y trabajó por un tiempo bajos las órdenes directas de Chiang Kai-shek, en la época en que el Partido Nacionalista Chino o Kuomintang (KMT) y el PCCh tenían como propósito enfrentar a los señores de la guerra que controlaban China. Es en medio de la Larga Marcha en enero de 1935 cuando Zhou Enlai apoya a Mao como nuevo hombre fuerte del PCCh. Desde ese momento asumió a Mao como su líder y su idea de que la revolución en China se lograría con el apoyo del campesinado, no del proletariado, como se entendía en Rusia. Desde la fundación de la República Popular China (RPCh) el 1 de octubre de 1949, Zhou Enlai asumió los cargos de Primer Ministro y Ministro de Asuntos Exteriores del nuevo régimen hasta su muerte.
Desde esta posición condujo la política exterior de su país de manera exitosa. Fue el artífice del acercamiento con EEUU en un momento que existían claras diferencias con la Unión Soviética. Preparó el escenario para la famosa reunión que cambió el mundo entre Richard Nixon y Mao Zedong, en febrero de 1972. Zhou Enlai es quien ingresa a Deng Xiaoping al PCCh en el 1924, lo promueve, lo aúpa y en cierta modo pone en sus manos las “cuatro modernizaciones” que van a servir de base para la política económica que han colocado a China en el lugar que está en el mundo de hoy.
Enlai murió el 8 de enero de 1976, 8 meses antes que Mao, pero al igual que él, vive en el recuerdo de los que conocen su historia y lo que hizo por su pueblo.
Publicado en el Listín Diario, el sábado 19 de septiembre de 2009, ver en: http://www.listin.com.do/app/article.aspx?id=115355
Publicado en el Nuevo Diario Digital, ver: http://www.elnuevodiario.com.do/app/article.aspx?id=168615

sábado, 12 de septiembre de 2009

Mao vive 33 años después

A Mao Tsé-tung o Mao Zedong, ya sea que se pronuncie utilizando el sistema Wade-Giles o el Pinyin respectivamente, le faltaban poco más de tres meses para cumplir 83 años, cuando se anunció su muerte en Beijing el 9 de septiembre de 1976.
Han pasado 33 años desde aquel día de verano, no obstante, el Gran Timonel sigue vivo en el pensamiento de millones de chinos y de seguidores de su pensamiento en todo el mundo. A diferencia de Rusia, donde Nikita Khrushchev inició la desestalinización poco después de la muerte de Stalin, en China la memoria de Mao ha sido respetada por las tres generaciones que le sucedieron.
Deng Xiaoping reconoció que el liderazgo de Mao fue la base para la reconstrucción económica de China que él condujo desde 1978. Así igual Jiang Zemin y Hu Jintao. Si estudiamos bien cuáles fueron las motivaciones de Mao, si leemos los discursos que pronunció en su larga marcha por todo el país como líder del Partido Comunista de China (PCCh), nos damos cuenta que su mayor interés era devolver a China el lugar que siempre tuvo en la historia, devolverle al pueblo chino el orgullo, recuperar el honor mancillado, procurar que su soberanía no fuera pisoteada nunca más, como lo fue entre 1840 y 1945.
Pese a sus errores en el campo económico y cultural, si hacemos un balance desapasionado, tenemos que reconocer que Mao alcanzó objetivos políticos trascendentales. En apenas 27 años, desde 1949 a 1976, Mao logró la unidad de China y que volviera a ser respetada en el escenario internacional.
Relaciones diplomáticas y reconocimiento de gran parte de los Estados del mundo, asiento como uno de los cinco Miembros Permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU. Por eso sigue vivo, por eso su enorme retrato todavía está ahí en la Puerta de Tiananmen o “Puerta de la Paz Celestial” rodeado por los lemas “viva la República Popular China” y “viva la unidad de los pueblos del mundo”.
Vive en los que conocieron su pensamiento y acción, vive en los que entendieron sus motivaciones, pero también vive en esas nuevas generaciones que se han educado en la China que aunque comunistas, son también consumistas y de mercado.
En el capítulo XVII del “Libro Rojo” se puede leer: “Debemos ser modestos y prudentes, prevenirnos contra el engreimiento y la precipitación y servir de todo corazón al pueblo”, por eso vive en el pueblo, porque para Mao, la política no tenía otra razón de ser que servir al pueblo. Entonces, por qué no, debe vivir en el accionar político de los seguidores del profesor Juan Bosch, que siempre entendió que servir al partido y llevarlo al poder, tenía como única misión, servir al pueblo.
Publicado en el Listín Diario el sábado 12 de septiembre de 2009, ver en: http://www.listin.com.do/app/article.aspx?id=114632

sábado, 5 de septiembre de 2009

Cómo negociar con China

La constancia y la perseverancia, son dos pilares de todo aquel que se proponga ser exitoso en la vida. Pero si su propósito es hacer negocios en China, entonces debe agregar un tercero: la paciencia.
Armado con estas tres cualidades, que no precisan de estudios académicos para adquirirlas, queda entonces aprender la cultura china, el idioma mandarín o de lo contrario el inglés que es todavía idioma de negocios en China, y algunas técnicas de etiqueta y protocolo.
Se debe comenzar por tener conocimientos básicos de su geografía, historia, tipo de gobierno, régimen jurídico, ciudades principales y zonas especiales de desarrollo. Luego se debe conocer el entorno empresarial, las estadísticas de desarrollo comercial, la importancia de su ingreso a la OMC.
Para saber qué venderle y qué comprarle, se necesita tener bien claras estas informaciones.
Dos libros pueden ayudar cuando se trata de conocer las estrategias de negociación recomendadas: el “Arte de la Guerra” de Sun Tzu y el “Arte Secreto de la Guerra con las 36 Estratagemas”, de autor desconocido.
Estos dos libros, cuya esencia es militar, han sido adaptados a los negocios, quizás porque estos son una guerra en donde todos quieren ganar, pero en donde realmente se gana cuando las partes quedan satisfechas mutuamente. Los chinos tienen fama de ser unos de los mejores negociadores del mundo, entre otras cosas porque su preparación técnica es de primer orden.
Prepararnos por igual, conocer la fuente de su éxito, sus técnicas de negociación nos permitirán salir bien del enfrentamiento.
En cuanto a la etiqueta y el protocolo, se deben conocer técnicas tan generales como la forma de saludar, así como la necesidad de llevar tarjetas de presentación impresas en un lado en idioma chino y el otro en inglés o el idioma del país del negociador. La comida, el restaurante, usar los palitos, cómo sentarse, la puntualidad, cómo dirigirse a ellos, los regalos y mucho más se debe aprender antes de aventurarse a negociar en China.
Existen infinidad de libros de etiqueta y protocolo de excelente calidad, nuestra recomendación es que lea Chinese Business Etiquette por Scott D. Seligman y Doing Business in China de Ted Plafker.
Sabiendo la importancia de China en el mundo de los negocios y de lo que significa para el país la relación comercial con China, el Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEIRD) que dirige Eddy Martínez y la Asociación de Becarios de China (ABC-RD) que preside el subsecretario de turismo Luis Simó, con el auspicio de la Oficina de Desarrollo Comercial de la República Popular China, están organizando un seminario que precisamente se titulará “Cómo hacer negocios con China”, dirigido al empresariado dominicano y a todo aquel que no quiera quedarse rezagado en el llamado Siglo de China.
Esté atento, en los próximos días conocerá los detalles.
Publicado en el Listín Diario, el sábado 5 de septiembre de 2009, ver en:http://www.listin.com.do/app/article.aspx?id=113885
Y en el Nuevo Diario digital, ver en: http://elnuevodiario.com.do/app/article.aspx?id=166991