Después de Cuba, que por razones obvias es el primero, la República Dominicana se ha convertido en el segundo socio comercial de China en el Caribe. Eso es tomando en cuenta que nuestros países no tienen relaciones diplomáticas, lo que hace más difícil la relación comercial.
La República Dominicana exporta a China, sobre todo, ferroníquel, chatarras, arroz, tabaco, cacao, café y banano. En cambio los productos que la República Dominicana importa desde China son máquinas, herramientas, utensilios de metal, automóviles, motocicletas, textiles, vestidos, zapatos, juguetes y útiles escolares. En los últimos dos años se ha disparado la exportación de teléfonos móviles y computadoras entre otros productos vinculados a las tecnologías de la comunicación.
El comercio entre ambas naciones creció de 150 millones de dólares en 2003 a más de 800 millones de dólares el pasado año.
Aunque todavía el té es la bebida predilecta del chino y no creemos será destronada, en China se está consumiendo café cada día más, por lo que nuestro café, que es uno de los mejores del mundo, tiene una gran oportunidad, en lo que es ya el mayor mercado del planeta. Igual otros productos como el ron y el tabaco.
El Centro de Exportaciones e Inversiones de la República Dominicana (CEI-RD) con Eddy Martínez a la cabeza está consciente de ello y trabaja en ese sentido. No obstante, el mismo Eddy sabe que hasta tanto la República Dominicana no sea recíproca con China, estableciendo una Oficina de Desarrollo Comercial de la República Dominicana en Beijing, que realmente funcione, con características consulares, como la que tiene China aquí, que le facilite al chino que quiera hacer negocios con nuestro país el visado y la asesoría, la tarea es muy cuesta arriba.
Además, otro obstáculo que enfrenta la relación comercial entre China y República Dominicana es que muchos productos llegan vía Panamá por la falta de logística para que esos productos lleguen directamente al país. Tenemos que eliminar trabas e intermediarios.
De acuerdo a quien fuera el principal asesor económico de Bill Clinton durante la campaña de 1992, Robert J. Shapiro, en su más reciente libro “2020: Un nuevo paradigma”, para que la economía del mundo se recupere, se necesitará que EEUU comprima su consumo y China lo aumente, que EEUU ahorre y China consuma, lo que definitivamente afianzará a China como el más deseado e importante mercado del mundo.
¿Podemos entonces darnos el lujo de quedarnos rezagados en la relación comercial con un mercado que es inmenso y sigue creciendo, como es el chino? Comprensiblemente la respuesta es un rotundo no. La tarea del Gobierno es titánica, ya comenzó a dar los pasos, pero falta mayor voluntad política.