Con la proclamación de la República Popular China, el 1 de octubre de 1949 y el establecimiento, al año siguiente, de la República de China en la isla de Formosa, con en nombre de Taiwán, se inicia una etapa de enfrentamientos entre miembros de un mismo pueblo que representan dos sistemas diferentes.
Desde 1950 Taiwán fue reconocida como la única y verdadera China, la que tenía el asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU, pero a partir de 1971, la situación da un giro de 180 grados. Taiwán pierde el reconocimiento de la ONU y con ello, poco a poco, el apoyo de la mayoría de los Estados soberanos del mundo, que decidieron establecer relaciones diplomáticas con China.
El enfrentamiento ha tenido sus altas y bajas, siendo una de sus etapas más críticas, la presidencia de Chen Shui-bian, que llegó con la promesa de lograr la independencia de Taiwán. China, que entiende a Taiwán como una provincia rebelde, respondió que no admitirá su independencia, así tenga que usar la fuerza. Ni a los chinos, que al uno y otro lado del estrecho, son en su mayoría de la etnia han, ni al mundo, le vendría bien una “solución” al problema por vía del uso de la fuerza. Por eso se deben considerar las propuestas de solución por la vía pacífica, la que resulta del diálogo y la unión de voluntades.
La idea de “un país, dos sistemas” proclamada por Deng Xiaoping en el 1984, ya ha sido probada en Hong Kong y Macao. Para Taiwán las concesiones son mayores y creo que China estaría dispuesta a ceder algo más, con tal de dar fin a la crisis y unir a hermanos que las invenciones sociales, han separado. Con el nuevo presidente de Taiwán, que tomó posesión el pasado 20 de mayo, se abre una etapa de esperanzas, se observa una luz al final del túnel. Ma Ying-Jeou, es partidario de un acercamiento con el Continente, ya se están dando pasos concretos en ese sentido.
En la República Dominicana, los que favorecemos que nuestras relaciones diplomáticas sean con China y no con Taiwán, y los que insisten en que se mantenga como están, debemos apostar a que la situación se resuelva entre Beijing y Taipei cuanto antes. Siendo así, tendremos nuestra primera embajada y consulado general en Beijing y mantendremos nuestras relaciones comerciales y culturales con Taiwán. Seremos favorecidos con la inversión extranjera de China, que es en más de un 50% para América Latina y continuaremos recibiendo el apoyo y la amistad de Taiwán.
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Publicado en el Listín Diario el sábado 14 de marzo de 2009, el link es: http://www.listindiario.com.do/app/article.aspx?id=94354
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