En su discurso de toma de posesión el 20 de mayo de 2008, el presidente de Taiwán Ma Ying-jeou, ratificó lo que venía ya mencionando como promesa de campaña, cuando dijo: “deseo hacer un sincero llamado a los dos lados para la reconciliación y la tregua tanto a través del Estrecho, como en el ámbito internacional.” Estas palabras del presidente Ma se han entendido como un pacto tácito de “tregua diplomática” que aunque no se ha firmado parece que ha sido aceptado por su homólogo Hu Jintao.
Ese pacto, quiere decir, entre otras cosas que por el momento se suspende la guerra diplomática, que no se quitarán aliados diplomáticos; ni China intentará atraerse a los países que reconocen y tienen relaciones diplomáticas con Taiwán, ni este hará lo propio con los países que reconocen a China. De manera que por el momento, parece ser que los 23 países que reconocen a Taiwán no están en el interés de China, entre ellos la República Dominicana.
Los hechos recientes envían un mensaje claro en ese sentido. El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, manejó el discurso en campaña de que rompería con Taipéi y establecería relaciones con Beijing, igual sucedió con Mauricio Funes en El Salvador, pero tanto en un caso como en el otro no recibieron la reacción esperada de las autoridades chinas.
Esta tregua significa además que la República Popular China se va a enfocar exclusivamente a fortalecer las relaciones comerciales y culturales con esos países, que como la República Dominicana, mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán y no insistirá en obtener su reconocimiento diplomático.
Parece ser que existe un pacto, un acuerdo que pospone por un tiempo, la posibilidad de que la República Dominicana y la República Popular China establezcan relaciones diplomáticas formales. Ahora no sólo es el desinterés de las autoridades dominicana, sino que tampoco existe interés de China.
Lo que sí esperamos es que cuando se celebren los 60 años de la proclamación de la República Popular China, el Gobierno dominicano haya establecido una oficina con características consulares en Beijing que realmente funcione, respetando así la sagrada reciprocidad que consagra el Derecho Internacional, de manera que nuestras relaciones comerciales y culturales se fortalezcan y que el ciudadano chino que desee visitar nuestro país, por turismo o por negocios, no tenga que buscar primero una visa para Hong Kong, para luego probar suerte en nuestro consulado allá.
Publicado en el Listín Diario el sábado 11 de julio de 2009: https://www2.listindiario.com/app/article.aspx?id=107698
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