Con el lema “Mercancías, capital y crecimiento”, el capítulo para América Latina del Foro Económico Mundial convocó a líderes empresarios y políticos a un encuentro con el objetivo de reflexionar acerca de los elementos que pueden posibilitar una “recuperación sostenible” de la región.
La hermosa ciudad de Cartagena en Colombia fue la sede que acogió entre los días 6 y 8 de abril a más de 500 empresarios, así como a algunos presidentes latinoamericanos, entre ellos Leonel Fernández.
En un panel, quizás uno de los más importantes del encuentro, titulado “Latinoamérica gira hacia Oriente”, se hizo énfasis en la cooperación entre los países latinoamericanos y los países asiáticos. China, que en estos momentos es el país asiático más importante, no sólo para América Latina, sino para el mundo, fue el gran protagonista del encuentro.
Uno de los acuerdos a los que se llegó es que se deben hacer mayores esfuerzos en lo adelante para garantizar una cooperación sostenible a largo plazo entre ambas regiones antípodas. ¿Por qué? Porque tanto es América Latina importante para China, como es China para América Latina. Existe una relación de interdependencia vital, China necesita materias primas de Latinoamérica, así como mercados para sus productos y Latinoamérica necesita productos terminados, cooperación e inversión de China.
Pero, ¿por qué Latinoamérica está girando o debe girar hacia Oriente? Porque oriente está mirando hacia Latinoamérica, le está prestando atención. Mientras los países occidentales tradicionalmente ricos e industrializados están reduciendo sus importaciones, inversiones y cooperación hacia el subcontinente, Asia y sobre todo China, la ha aumentado considerablemente.
En estos momentos, salvando las grandes distancias y el costo logístico que esto significa, China es el segundo socio comercial de América Latina, y el tercer importador de productos latinoamericanos. Para que se tenga una idea, a pesar del impacto de la crisis financiera global, en 2009 el volumen del comercio entre China y América Latina sumó 120 mil millones de dólares estadounidenses.
Para Mauricio Cárdenas, director de la iniciativa para América Latina de The Brookings Institution, “La luna de miel con China ha terminado”. Cárdenas lo dice apoyado en las disputas comerciales recientes entre China y Argentina, pero creemos que no, que por los intereses envueltos, por la interdependencia de la que hablamos, esos problemas se resolverán para bien de ambas partes y seguirá la tendencia, la región seguirá mirando hacia oriente, hacia el Sol Naciente del siglo XXI que es China.
El presidente Leonel Fernández participó de dicha actividad, y creemos que no fue un viaje más, fue un viaje importante, porque ahí pudo observar un presente que presagia un futuro del cual la República Dominicana podría quedarse fuera si continuamos siendo uno de los países que se niegan a reconocer a la única y verdadera China, la República Popular China (RPCh). ¿Hasta cuándo estaremos de lado de los 23 y no de los 170?
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