El emperador chino Wu Di, de la dinastía Han, fue quien en el siglo I a.C, promovió la creación de una ruta comercial con occidente. La ruta, con varias bifurcaciones, se extendía desde el este de China hasta las costas de Siria, con una longitud de 6500 kilómetros, siendo casi el 80% hielo, nieve y glaciares.
El esfuerzo era sobrehumano, lo que significa que el deseo del hombre de establecer intercambios comerciales nunca ha tenido límites, ni obstáculos insalvables.
Sobre todo la fina seda china, con el misterio que encerraba su origen y producción, cuyo monopolio se mantuvo por más de tres mil años, pero además, porcelana, cerámica, especias, papel, coral, ámbar, tejidos de lana, ébano, piedras preciosas, perlas, plata, drogas y esclavos, se intercambiaban por esta ruta.
El budismo que surgió en el norte de la India, penetró a China por este medio, pero también el islamismo y el cristianismo. Por esa ruta circularon mercaderes, filósofos y soldados que representaron el comercio, las ideas y la guerra respectivamente.
Aunque el mayor trasiego a través de la ruta se producía en dirección este-oeste, el veneciano Marco Polo la recorrió en sentido contrario en la segunda mitad del siglo XIII, siendo uno de los primeros europeos que conoció y se integró a la enigmática cultura china, permitiendo que por medio a sus memorias, dadas a conocer en el libro titulado “Los viajes de Marco Polo”, occidente comenzara a conocer una sociedad cerrada y totalmente desconocida hasta entonces.
La ruta se utilizó casi en toda la Edad Media, pero en el siglo XIV, con la llegada de los Ming al poder imperial de China, se fue perdiendo el interés por esa ruta terrestre, prefiriendo desarrollar rutas marítimas.
No fue un chino, tampoco un miembro del imperio romano, quien bautizó a esta ruta con el famosísimo nombre que lleva, fue el geógrafo alemán Ferdinan Richthofen quien a finales del siglo XIX la bautizó con el nombre “Ruta de la Seda”. Desde China, la ruta continúa, quizás en su mejor momento, con ramificaciones que van al último rincón del planeta y con infinidad de productos que dicen “made in china”. Hoy la UNESCO está promoviendo el programa internacional "la Ruta de la Seda", que es una ruta de dialogo, de comprensión mutua y de reacercamiento de culturas.
Publicado en el Listín Diario el sábado 25 de julio de 2009: http://www.listin.com.do/app/article.aspx?id=109240
No hay comentarios:
Publicar un comentario